Crean un bio-adhesivo ultra resistente para sustituir las colas de petróleo

Las bio-resinas, que se elaboran a base de un biopolímero extraído de la madera, taninos y líquido de la cáscara del fruto del anacardo, podría ser empleada para laminado de grandes edificaciones

El consorcio europeo del proyecto de investigación Celluwood en el que está integrado el Instituto Tecnológico del Mueble, Madera, Embalaje y Afines, Aidima, ha aplicado con éxito un adhesivo sin derivados del petróleo para madera laminada encolada de uso en grandes estructuras y construcciones que incrementa la resistencia del laminado en un 30%, alcanzando un límite de rotura por presión de 3.400 kilogramos, según los resultado preliminares del citado proyecto.

La industria química no ha desarrollado hasta la fecha adhesivos sin dependencia del petróleo capaces de mejorar la resistencia mecánica de grandes estructuras de madera laminada destinadas a la construcción, como son las vigas y columnas que soportan cargas estructurales, afirma el responsable del Área de Construcción en Madera y coordinador del proyecto en Aidima, Miguel Ángel Abián.

Este sería el primer bio-adhesivo o bio-resina que vendrá a sustituir a medio plazo a las tradicionales colas aplicadas a estos usos, como la Melamina-Urea-Formaldehído (MUF), asegura el investigador, quien destaca que la sustitución de los productos derivados del petróleo por bio-resinas ya es un hecho en multinacionales como Jonh Deere, que fabrica cuerpos de tractores con bio-resinas, al igual que Boeing y Airbus para estructuras de las aeronaves, o Basf, o Dow Chemical con grandes inversiones en el desarrollo de bio-resinas y bioplásticos. “Es un mercado de futuro”, apostilla Abián.

Las bio-resinas desarrolladas en el proyecto se basan en lignina, taninos y líquido de la cáscara del fruto del anacardo (también llamada merey en algunos países de Latinoamérica). Inicialmente, la investigación ha seleccionado una bioresina basada en lignina para laminar vigas de madera.

La lignina es un biopolímero que se extrae de la madera y de ciertas plantas, del que se utiliza entre el 1% y el 2% para productos derivados, y el resto de los 30 millones de toneladas anuales estimadas que genera la industria papelera se quema para obtener energía.

La bioresina de lignina aplicada a la madera laminada ha logrado resultados prometedores en cuanto a resistencia, explica el también responsable del Dpto. de Tecnología y Biotecnología de la Madera del Centro Tecnológico; si bien señala: “en investigación no se acierta a la primera, y se requieren desarrollos complejos con pruebas, ensayos y sus rectificaciones”. “En estos momentos -precisa-, hemos realizado en la empresa Tecnifusta las pruebas de rotura hasta que la presión quiebra la estructura laminada, y además estamos utilizando la resina para reparar y fortalecer los defectos de la madera, como son grietas y nudos”.

Los ensayos con los prototipos a escala real se realizarán en España a partir del próximo mes de octubre en cumplimiento de toda la normativa que exige el Código Técnico de la Edificación, y se complementarán con análisis del ciclo de vida, resistencia a condiciones climáticas adversas y al ataque biológico, entre otras pruebas que determinen la calidad del producto final.

Se prevé que estos resultados generen un nuevo y mayor mercado para la madera en construcción mediante el desarrollo de Eco-vigas y Eco-columnas fabricadas con los nuevos materiales que mejorarán las tecnologías de producción actuales de madera estructural, y estimulará las economías rurales en toda la Unión Europea, promoviendo una óptima gestión forestal además de una significativa reducción de la huella de carbono en el sector de la construcción.

Fuente: Ecoticias