Los productos orgánicos germinan en México

Mathieu Dornier fundó y dirige la empresa de productos orgánicos Campo Vivo, una iniciativa con futuro en un mercado que crece año tras año en la nación norteamericana

Mathieu Dornier es un empresario de 33 años que renunció a la idea de regresar a trabajar a su país, Francia, para poner su propio negocio de productos orgánicos en México: Campo Vivo.

Mateo, como le dicen sus amigos, es agrónomo y proviene de una familia dedicada a la agricultura desde hace tres generaciones. Llegó desde Francia a mediados de 2004 como empleado de una tienda de autoservicios, pero después de año y medio, cuando era momento de volver a su país, decidió no hacerlo.

“En ese momento, en México el mercado ya estaba desarrollando una demanda de productos orgánicos, pero había poca variedad y toda dedicada a la exportación“, relató.

Tras seis años de existencia, Campo Vivo ofrece un catálogo de 100 productos, entre ensaladas, hierbas, frutas, bebidas, abarrotes y verduras a cadenas de autoservicio como Walmart, Comercial Mexicana y Soriana, además de cafeterías y tiendas especializadas.

Aunque los productos orgánicos pueden ser entre 20% y 40% más caros que los convencionales, no es una limitante para la comercialización, aseguró el director de la distribuidora de productos Campo Vivo.

“El sobreprecio de un producto se debe a que el rendimiento de la producción orgánica es más baja, es decir, por cada hectárea sembrada, el volumen de cosecha es menor al que se obtiene en una producción normal, debido a que no se usan químicos en el proceso”, explica Dornier.

Pero los consumidores están dispuestos a asumir el costo. El 22% de las personas pagaría más por productos ecológicamente amigables, según datos de la consultora especializada en estudios de mercado Nielsen.

Este comportamiento del consumidor ha favorecido a su negocio. “La producción de alimentos orgánicos en México crece entre 20% y 30% al año, mientras nosotros crecemos 50% anual“, dijo.

A decir el empresario, los costos de producción de un alimento orgánico se elevan para el agricultor debido a rendimientos más bajos por respetar el medio ambiente y los ciclos naturales, los costos de mano de obra más especializada por razones técnicas, la preocupación de una mejor ocupación del espacio, y por último; el costo de la certificación.

La agricultura orgánica no permite uso de fertilizantes químicos para los productos brutos y para los elaborados, no permite los conservadores.

“El mercado de orgánicos todavía es muy pequeño en volumen contra los productos tradicionales, lo que incrementa el valor y representa una oportunidad para crecer”, consideró.

México es el segundo país con mayor superficie dedicada a la agricultura orgánica, con 35.000 hectáreas, sólo superada por Estados Unidos con más de 63.000, según datos de la Organic Agriculture Worldwide (Red de Agricultura Orgánica).

“En mercados más maduros, como los europeos, la venta de productos orgánicos crece alrededor de 10% al año. Por lo que en México, donde la producción y demanda está en desarrollo, el potencial es mayor”, dijo.

Además, su empresa ha implementado una política de comercio justo a través de la cual busca adquirir sus insumos a precios razonables con los productores.

Logró en 2011 una alianza con Starbucks y este año lanzaron 20 productos nuevos y planea incorporar otros nueve.

Fuente: Reportaje de Ilse Santa Rita publicado en CNN Expansión