Convertirse en cinco años en un espacio “ciclable” es la ambiciosa meta que se planteó Vitacura, una comuna del sector oriente del Gran Santiago, con una superficie de 28,3 km² y población fundamentalmente de sectores medios y altos, la de mayor desarrollo humano de la capital chilena.
Para lograr el cometido la municipalidad desarrolló por primera vez un Plan Maestro de ciclovías, que contempla la construcción de 43,4 kilómetros y que, además, se complementará con las iniciativas que ya están en marcha. De hecho, sumado a los proyectos financiados por el Gobierno Regional y por el Ministerio de Vivienda (Minvu), a través de la iniciativa Mapocho 42K, la comuna totalizaría 66,3 km de pistas diseñadas para los pedaleros.
Con esta iniciativa, el municipio no sólo pasaría a estar entre las 10 comunas de la Región Metropolitana con más ciclovías, sino que lideraría el ranking, según las cifras del Ministerio de Transportes.
Para el alcalde de Vitacura, Raúl Torrealba, lo importante no está en el número de kilómetros que se construyan, sino en la conexión que se haga con las comunas colindantes.
“¿Qué saco con llenar de ciclovías que lleguen a puntos ciegos? Nada. Es por eso que lo fundamental en planes de este tipo es el diálogo con otras comunas, potenciar la conexión y, en casos como el nuestro, en el que además somos parte de dos planes regionales, ver que los diseños tengan coherencia y continuidad”, asegura.
Para lograr esta “continuidad”, el municipio diseñó su plan basándose en tres objetivos fundamentales: generar un sistema de movilidad sustentable que perdure en el tiempo, usar de referente los programas regionales y generar espacios más seguros con barrios de baja velocidad, bautizados por el municipio como Zonas 30.
Según la asesora urbana del municipio, Pamela Ortiz, estas zonas son sectores de “tránsito mixto, donde pueden circular vehículos, peatones y ciclistas, pero a un máximo de 30 kilómetros por hora, donde hay señales especiales en la calzada y se promueve la vida de barrio, ya que están pensadas para sectores donde los recorridos son cortos por la cercanía de los servicios”.
En la comuna se definieron cuatro de estas zonas, que serán implementadas a partir del próximo año. Todas tendrán demarcación especial en las calles y reducción del flujo vehicular, mediante el estrechamiento de calzadas, entre otras medidas.
La idea, explica Ortiz, “es volvernos una comuna ciclable, es decir, que se pueda recorrer en bicicleta, que sea más amigable y que fomente la convivencia entre peatones, ciclistas y automovilistas”.
Según el alcalde Torrealba, la comuna apostó por la construcción de ciclovías ahora -seis años después de las primeras que se levantaron en la ciudad- debido a que se percataron de que los vecinos de la comuna se tomaban las calles los fines de semana para pedalear.
“Este es el momento más propicio. El parque de bicicletas crece cerca de un 20% anual y tenemos vecinos que se toman las calles todos los fines de semana para pedalear, correr o pasar tiempo con la familia. Este es el momento más adecuado para dar marcha a un proyecto así. Nunca antes hubo una demanda tan grande y una expertise sobre el tema”, explica Torrealba.
Para llevar a cabo este plan, el municipio estudió los programas de ciudades tan diversas como Copenhague (Dinamarca), Nueva York (Estados Unidos), Bogotá (Colombia) y Madrid (España), sólo por nombrar algunas. Sin embargo, en Vitacura, en tanto, tomarán los modelos vigentes en Chile y los utilizarán según las características de cada vía.
La asesora urbana afirma que si bien este proyecto acaba de terminar su fase de diseño, su implementación no debería demorar más de cinco años. En cuanto a los costos, estima que podrían gastarse US$ 7,69 millones (3.800 millones de pesos) en esta iniciativa, que será financiada íntegramente por el municipio.
Torrealba agrega que se está licitando un sistema de bicicletas públicas que potencie la red de ciclovías. Idea con la que concuerda el intendente metropolitano, Juan Antonio Peribonio, quien agrega que para el plan regional “hay contemplados 106 puntos de arriendo, con una distancia de 600 metros entre uno y otro, beneficiando a nueve comunas, pues no basta con construir; también hay que fomentar el uso de la bicicleta”, asegura.
“Una vez que tengamos las obras, sólo nos va a faltar la buena convivencia, pues entre todos debemos construir ciudad”, asegura Torrealba.
Fuente: La Tercera