Muchos son los que creen que el movimiento político que fundó el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez es una réplica del socialismo fidelista con algunos matices venezolanos, pero lo cierto es que el llamado Socialismo del Siglo XXI, ahora sin la cabeza de su líder y mentor, es más próximo al peronismo sin Juan Domingo Perón, que ha sobrevivido en Argentina durante décadas después de la muerte del líder político.
Tanto Chávez Frías como Perón, transformaron la vida política y social de sus países. Colocaron a las masas de excluidos en el centro de sus políticas de bienestar, mostraron rasgos autoritarios y en el proceso polarizaron a su sociedades, desconocieron algunos derechos y se constituyeron en antagonistas de Estados Unidos.
Ambos tuvieron orígenes políticos similares: el venezolano era teniente coronel cuando protagonizó un fallido golpe de estado contra el gobierno constitucional de Carlos Andrés Pérez y el argentino fue figura estelar de un gobierno militar cuando era coronel. Su acción política trascendió fronteras y sus gobiernos populistas alimentaron un culto a sus personalidades a un pueblo que los eligió y reeligió.
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Perón logró afianzar sus ideas como políticas de estado; algo que está aún por verse con el ideario chavista.
Mientras gobernaban, ambos sucumbieron a la fragilidad de su condición humana y fallecieron mientras gobernaban. Su partida creó incertidumbre en las muchedumbres que los siguieron. Chávez murió a los 58 años, víctima de un cáncer, Perón a los 78 años de insuficiencia cardíaca y renal. Ambos caudillos se valieron de un enemigo, sea la oligarquía, los terratenientes, las multinacionales o Estados Unidos, para convocar poder y simpatías alrededor de suyo.