En julio de este año, Louise Brown cumplió 45 años. El inglés fue el primer ser humano concebido a través de técnicas de fecundación in vitro, porque después de Brown se calcula que han nacido cerca de cinco millones de bebés alrededor del mundo.
Eso equivale a 350 mil bebés anualmente, que aún son una mínima parte, menos del 1 % de todos los bebés que nacen en el mundo.
Las técnicas de fecundación in vitro tienen lugar fuera del cuerpo de la mujer, por lo que han permitido que muchas parejas en el mundo que no pueden tener hijos de forma natural, lo hagan con la ayuda de desarrollos médicos.
Entre las técnicas más usadas está la microinyección directa, por la cual se inyectan directamente en el óvulo de un espermatozoide.
Aún así sigue siendo difícil.
Cerca de 32 % de los embriones inyectados, desencadenan en embarazos, de los cuales el uno por ciento son embarazos de trillizos y menos de 20 por ciento de embarazos resultan ser de mellizos.
Eso explica que mujeres de edades avanzadas, desarrollen embarazos múltiples.
Los casos sorprendentes de mamás de mellizos que superan los 40, tienen relación con el uso de técnicas de fertilización in vitro.
Aunque la inmensa mayoría de los médicos consideran que la edad es determinante para que una mujer tenga un embarazo mediante la utilización de estas técnicas de laboratorio.
Últimamente se han puesto de moda los twiblings , una combinación de las palabras twin (mellizos) y sibling (hermano), mellizos a partir del mismo semen pero que son implantados en madres diferentes. Es decir, que tienen la misma información genética pero no necesariamente nacen al tiempo.
Sin lugar a dudas, el desarrollo de la fertilización in vitro ha puesto elementos de discusión en cuanto han cambiado las relaciones familiares.
La donación de semen y óvulos o el alquiler de vientres, es una forma de paternidad y maternidad anónima.
En 2011, en Estados Unidos, una mujer que había recibido una donación de semen para concebir a su hijo, era el mismo de otros 150 niños.
Lo que se debe en gran medida, a los cerca de 800 dólares que puede recibir un donante masculino, convirtiendo la donación en una atractiva fuente de ingresos en tiempos de crisis en países desarrollados.
En las mujeres se calcula que de una toma a una donante, se pueden obtener hasta 85 óvulos, y 1.200 dólares.
Si tenemos en cuenta que la inmensa mayoría de donantes son jóvenes universitarios entre 20 y 28 años, movidos por razones ideológicas o simples intereses económicos.
Rocío Arango Giraldo | El Colombiano