Con arte buscan estrechar la distancia entre EEUU y Cuba

Artistas radicados en ambos países impulsan un proyecto de intercambio transfronterizo de exposiciones entre La Habana y Key West

Hace cinco años, la colaboración transfronteriza entre Cuba y Estados Unidos del trío artístico cubano conocido como Merger habría sido impensable.

Con dos miembros en La Habana y el tercero en Miami, atraviesan el Estrecho de Florida aproximadamente una vez al mes para trabajar en sus esculturas de acero y plexiglás. Exponen su trabajo a menudo en las ferias de arte en Florida y atraen a compradores de todo EEUU; todo esto a pesar del embargo comercial de Estados Unidos a Cuba que lleva cinco décadas.

Una exhibición con obras de los tres artistas —Mario González, Niels Moleiro y Alain Pino— junto con otros siete artistas cubanos se inauguró este mes en cinco instituciones culturales en Key West. La muestra, llamada “One Race, the Human Race” (“Una raza, la raza humana”), complementa una exhibición que debutó el mes pasado en el Museo Nacional de Bellas Artes en La Habana, con obras de Mario Sánchez, un artista cubano-estadounidense fallecido que vivió en esta ciudad de Florida, Key West.

Los organizadores indican que es el primer ejemplo de un intercambio cultural entre instituciones de arte, a diferencia de galerías o ferias de arte, de los dos países.

Las exhibiciones en paralelo ponen de manifiesto los vínculos culturales entre los países, que han crecido tras la flexibilización de las restricciones de viaje entre ambos países en años recientes. El resultado es un acercamiento creciente en las relaciones a nivel comunitario, incluso cuando la retórica entre los dos gobiernos se mantiene hostil en general. “Son los primeros pasos de acercamiento”, apuntó González. “No podemos ser vecinos a 90 millas (145 kilómetros) y llevarnos mal”.

En semanas recientes, el debate sobre las relaciones entre Cuba y EEUU se volvió a intensificar, en parte debido a una encuesta del Atlantic Council, de Washington, que descubrió que la mayoría de los estadounidenses, y un porcentaje incluso mayor de residentes del condado Miami-Dade, en Florida, que cuenta con muchos cubano-estadounidenses, estaban a favor de regularizar la relación con Cuba.

En 2000, 62% de los cubano-estadounidenses estaban a favor de continuar con el embargo, según una encuesta de la Universidad Internacional de Florida (FIU, por sus siglas en inglés).

Es improbable que se produzca un cambio fundamental de política en el futuro cercano, debido a que es necesaria la autorización del gobierno y a la fuerte oposición de los legisladores cubano-estadounidenses, afirmó Guillermo Grenier, profesor de Sociología en FIU. “Por tanto, lo que queda está claramente al nivel cultural”, precisó.

Aunque los intercambios culturales entre los dos países se han producido de manera periódica durante décadas, se han vuelto más frecuentes después de varias decisiones recientes del gobierno de EEUU. En 2011, el gobierno de Obama relajó las restricciones para los viajes culturales y educativos a la isla, y el año pasado extendió la duración de las visas de no inmigrante para cubanos a cinco años, desde seis meses, y permitió las entradas múltiples.

En tanto, Cuba eliminó el año pasado el requisito de que sus ciudadanos obtengan visas de salida para viajar al exterior y extendió el periodo de tiempo que pueden permanecer en el extranjero, de 11 meses a dos años.

Según datos del gobierno de Cuba, la cantidad de ciudadanos estadounidenses, excluyendo a los cubano-estadounidenses, que viajaron a la isla aumentó a 98.000 en 2012, desde 42.000 en 2008. Y la cantidad de visas de no inmigrante emitidas a cubanos por parte de la Sección de Intereses de EE.UU. en La Habana aumentó a 33.394 en el año fiscal concluido el 30 de septiembre, frente a 17.110 en el año previo, según cifras del Departamento del Estado de EEUU.

Las reglas más flexibles han permitido que más pintores, dramaturgos y músicos de EEUU viajen a Cuba para colaborar en eventos. Al mismo tiempo, varias empresas están organizando tours culturales y educativos que buscan presentar la cultura cubana a los estadounidenses.

En el sur de Florida, ahora es común que los raperos, poetas y otros artistas cubanos exhiban sus obras. La Cuban Soul Foundation en Miami ha recibido a más de 30 artistas disidentes en los últimos dos años, y muchos de ellos fueron autorizados a viajar a EEUU gracias a las políticas más flexibles de Cuba. La fundación los capacitó para dirigir un estudio de grabación o abrir una galería, y les proporcionó ayuda financiera una vez que regresaron a casa.

En el pasado, estas visitas provocaban protestas de exiliados cubano-estadounidenses, que desestimaban a los artistas como títeres del gobierno cubano. Pero ahora, las “protestas se han casi desvanecido”, afirmó Lillian Manzor, directora de la Archivo Digital de Teatro Cubano de la Universidad de Miami, quien ha ayudado a organizar muchos intercambios de teatro con grupos en La Habana.

Un motivo principal es que los cubano-estadounidenses han interactuado más con los artistas jóvenes de la isla, precisó Pepe Hernández, presidente de la Cuban American National Foundation, que respalda los intercambios culturales. “La gente aquí se está dando cuenta de que todavía hay una cultura muy vibrante en Cuba”, señaló.

Fuente: Artículo original de Arian Campo-Flores publicado en The Wall Street Journal | @IQLatino