Un grupo reducido pero creciente de agricultores de la región central de Estados Unidos se ha alejado de las semillas biotecnológicas desarrolladas por Monsanto, DuPont y otras empresas, en reacción a la caída de los precios de los granos en los últimos dos años, que ha mermado las ganancias del sector. Además, son cada día más los consumidores que buscan alimentos no transgénicos, que sus defensores consideran más saludables y menos dañinos para el medio ambiente. En EEUU, las ventas de cereales, aderezos para ensaladas, huevos y otros productos libres de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) aumentaron 15% el año pasado, a US$ 9.600 millones, y estuvieron entre los segmentos alimentarios de mayor crecimiento, según Nielsen. Las empresas de alimentos pagan más por oleaginosas y granos no transgénicos debido a su oferta relativamente pequeña y el costo de separar esos granos de las versiones modificadas que dominan el cinturón agrícola de EEUU.
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