Con seis años de demora, la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner parece haber tomado conciencia del perjuicio de la inflación y del incremento del dólar paralelo, por lo que pidió medidas concretas a sus colaboradores, que podrían ir desde el desdoblamiento formal del mercado cambiario hasta la apertura de las importaciones.
En una reunión con su equipo económico en los Olivos, la gobernante transmitió la necesidad de frenar la escalada del mercado marginal, una tarea que no luce sencilla debido a los desacuerdos políticos que hay entre los funcionarios.
Los analistas creen que último aumento del dólar se generó por el refuerzo de los controles por parte de la oficina que regula el mercado de divisas, AFIP, razón por la cual no perciben intención de dar marcha atrás con el cepo cambiario.
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Con inyecciones de dinero al sistema cambiario, el precio de la divisa norteamericana ha retrocedido de 8,75 pesos que marcó para la venta anteayer a los $ 8,45 de ayer.
Al cierre de jornada la cotización, que se había derrumbado 48 centavos hasta los 8,27 pesos, recuperó luego 18 centavos.
La distancia entre el dólar oficial y el “blue”, como se le conoce popularmente al paralelo, fluctúa enttr 71,5% y 65,3%.
A la reunión en la residencia presidencial para analizar este problema asistieron el ministro de Economía, Hernán Lorenzino; la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont; el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y el jefe de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Ricardo Echegaray.
Echegaray cree que hay que frenar el gasto y controlar la inflación, pero mantener el cepo en forma tajante; Moreno apuesta a controlar a los gritos a los empresarios y mantener la inflación entre 20% y 25% con los acuerdos de precios.
El equipo de Lorenzino pretende acortar la brecha entre ambos mercados acelerando la tasa de devaluación del dólar oficial. En Economía se estudia la idea de relajar las trabas a las importaciones, dando marcha atrás progresivamente con las declaraciones juradas anticipadas (DJAI) para que repunte el nivel de actividad, se frene el incremento de los precios, se suavicen las peleas con algunos socios comerciales del país y se reduzcan las distorsiones de este sistema administrado por Moreno.
En cambio, el ministro no apoya la idea de su viceministro, Axel Kicillof, de desdoblar formalmente el mercado cambiario, por los malos resultados que trajo esta experiencia en el pasado en la Argentina.
La presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, aparece confundida y debilitada, tanto por la falta de apoyo dentro de la entidad monetaria como por las duras críticas que recibe en el Gobierno. En voz baja, se queja por haber quedado relegada al rol de prestamista del Tesoro en un contexto de déficit fiscal, atraso cambiario e inflación. A su lado negaron los rumores de renuncia.