Acaba de ocurrir el tercer y último debate entre los candidatos presidenciales Hillary Clinton, por el Partido Demócrata y Donald Trump, por el Partido Republicano. Ya se abre la cuenta regresiva hasta el 8 de noviembre. Aunque los veredictos en los medios suelen depender de visiones subjetivas, hay un punto coincidente en los análisis: Trump estuvo mejor que en los cara a caras anteriores –se mostró “más presidenciable”, dicen, con ese término–, pero acabó perdiendo la compostura. Y Clinton lo superó.
“(…)Regresó el viejo Trump: el que interrumpe, se enfrenta al moderador y ve enemigos por todos lados. Llamó a la ex secretaria de Estado mentirosa y le respondió que ella era la marioneta. ‘Una mujer tan desagradable” [nasty woman, uno de los hashtags y tendencias de la noche], llegó a decir, interrumpiéndola [hacia el final del debate]. Luego llegó el asunto de la idoneidad de ambos para ser presidente y ahí estuvo servido el colapso. Trump llegó a afirmar que Clinton está detrás de las mujeres que lo acusan de abusos sexuales. Y que lo hacían por la fama”, observó BBC Mundo.
Los Angeles Times lo ve así: “Donald Trump necesitaba una victoria convincente en el debate del miércoles para alterar el curso de una campaña que se ha movido de forma creciente hacia Hillary Clinton tanto a nivel nacional como en los estados clave. No lo logró. El debate final fue notable por ahondar en asuntos de políticas más que en las dos reuniones anteriores, y por una actuación más comedida de Trump, en el que fue de forma innegable su mejor debate. Pero cualquier cosa buena que él hubiera hecho quedó aplanada en dos momentos en los que el apareció como incapaz de asumir la responsabilidad de sus actos y renuente a apartar sus decepciones personales por el bien de la nación”.
El primer momento, según este periódico –considerado por la mayoría como el titular de la noche– fue que Trump se negara a confirmar si reconocerá los resultados electorales, después de que en los días previos dijera en sus mítines que las elecciones están amañadas. “Lo mantendré en suspenso (…) Lo veré en el momento”, le dijo al moderador, Chris Wallace, de Fox News. LA Times lo estimó como “su negación a decir si aceptaría los resultados, gane o pierda, y apegarse a la tradición del país de una transición pacífica del poder”.
“Y lo hizo de una forma que lo hizo verse defensivo, culpando a los medios de ser ‘tan deshonesto y corrupto’, aseverando que a millones de personas en las listas de votantes no les debería estar permitido depositar su voto, y llamando a Clinton ‘culpable de un crimen muy, muy grave’ –no dijo cuál– que debería haberla expulsado de la competición”, agregó el periódico.
Clinton recordó, como respuesta, que su oponente ha hecho las mismas insinuaciones de amañamiento cuando las cosas no le favorecen; que lo hizo, incluso, después de que su reality show televisivo, The Apprentice, no ganara los Emmys.
El otro momento en el que Trump no se mostró responsable de sus acciones, para LA Times, fue su negación continuada a las afirmaciones que ha hecho durante la campaña. “Trump negó rotundamente haber dicho cosas que muchos votantes repetidamente han visto o escuchado en grabaciones –entre ellas sus insinuaciones de que las mujeres que lo han acusado de abuso sexual eran demasiado poco atractivas para ser su tipo, sus burlas a un reportero con discapacidad y su apoyo a la invasión de Irak hace más de una década [todas las recordó Clinton en el debate]–. Desafortunadamente para Trump, los videos de él diciendo esas cosas han circulado sin fin durante la campaña”.
Clinton resaltó, además, su tesis de que el gobierno de Rusia está interviniendo en la campaña a favor de un candidato –Trump–, a través del espionaje a ciudadanos estadounidense lo cual, aseveró, ha sido confirmado por 17 agencias de inteligencia, civiles y militares. Y entonces señaló a Trump como un candidato peligro y lo llamó un “títere” de Vladimir Putin.
Según el analista político Errol Louis, “Hillary Clinton llegó al debate final en una posición política más fuerte que Donald Trump — y escogió sabiamente no ir por lo seguro–. En cambio, lanzó derechazos a Trump continuamente y, como se predecía, extrajo del millonaria su lado rabioso y cáustico”, escribió en CNN.
La crítica generalizada de Trump al sistema democrático eclipsó sus propios insistentes esfuerzos de poner a Clinton a la defensiva sobre su historial en el Departamento de Estado y su estatus como política. E hizo muy poco por abordar las múltiples acusaciones de acoso y abuso sexual en su contra, afirmando falsamente que esas acusaciones habían sido largamente desacreditadas”, observó The New York Times.
También coinciden los análisis en que fue en este debate donde quedó más clara la diferencia ideológica entre los candidatos, en los temas sobre el rol de la Corte Suprema en decisiones fundamentales, inmigración, economía, control de armas, aborto y derechos de las mujeres.
Lucia Graves escribió en The Guardian que Hillary Clinton le habló directamente a las mujeres y habló de la falta de entendimiento de Trump en el debate sobre el aborto y en general sobre el debate sobre las mjeres. “La noche fue también un referéndum sobre el trato personal de Trump a las mujeres. En un punto, lo dijo más o menos Clinton. ‘Donald cree que disminuir a las mujeres lo hace más grande. Va tras su dignidad, de su valía, y no creo que haya ninguna mujer en ningún lado que no sepa lo que se siente’. Y, en oposición a su infinita maleabilidad en asuntos de políticas, la misoginia es la única que claramente no ha cambiado en la filosofía de Trump (…)”.
El New York Times enumera lo que los candidatos expresaron sobre los otros temas mencionados:
Sobre medidas para el control de armas: “Clinton dijo que no veía ‘conflicto entre salvar las vidas de la gente y defender las Segunda Enmienda. Agregó que la Asociación Nacional del Rifle (NRA) estaba poniendo ‘millones de dólares de publicidad contra mí’. Trump dijo que no estaba seguro de si Clinton se había referido al grupo que lo apoya (NRA) ‘de una forma sarcástica’, pero que estaba ‘muy orgulloso’ de ello”.
Sobre la función de la Corte Suprema: “Clinton dijo que esperaba que la corte ‘nos represente a todos’, mencionando la importancia de la igualdad matrimonial y los derechos al aborto. Agregó que esperaba que ‘el Senado haría su trabajo y confirmaría los nominados [a la Corte] que el presidente Obama les envió’. Trump (…) dijo, ‘la Corte Suprema, de eso es de los que se trata todo’, antes de sugerir que Clinton esperaría alejar la corte de adherirse a la Segunda Enmienda”.
Sobre inmigración: dice The New York Times que Trump continuó con su tema bandera “sugiriendo que la crisis de la heroína en algunos focos del país se debían a una seguridad fronteriza insuficiente. ‘Tenemos que tener fronteras fuertes’, dijo, agregando, ‘Tenemos algunos bad hombres [asunto que se volvió en hashtag y tendencia en Twitter, además de objeto de memes sobre el debate]. Clinton dijo que aunque su plan sobre inmigración ‘incluye por supuesto seguridad fronteriza’, ella no quiere ver ‘las deportaciones de las que Donald ha hablado'” (…) Clinton insinuó que Trump es hipócrita en el tema de la inmigración, al decir que ‘usó fuerza laboral indocumentada para construir la Trump Tower’. Cuando el moderador, Chris Wallace, usó una cita de un discurso pagado de Clinton –tomando un extracto que reveló WikiLeaks en que ella decía que soñaba con un ‘intercambio comercial abierto y fronteras abiertas’–, Clinton dijo que estaba ‘hablando de energía’ “.
“Trump mostró su mejor faceta, como es habitual, en la economía, pero estuvo acorralado en el tema de cómo su plan afectaría Medicare, la seguridad social y la deuda nacional (el moderador del debate, Chris Wallace, de Fox News, hizo un excelente trabajo al mostrar cómo Clinton y Trump dejarían ambos los derechos en riesgo y harían poco por bajar el ritmo de crecimiento de la deuda)”, elaboró Louis, por otro lado, en CNN.
Las cartas están echadas. Durante los últimos días, en especial la última semana, las encuestas indican que Clinton supera por casi siete puntos a Trump a escala nacional, incluidos los estados pendulares. The Washington Post recuerda que pierde también en Georgia, Arizona y Utah, donde ganó el republicano Mitt Romney en 2012. Otras encuestas flash, apenas terminado el debate, confirman el liderazgo de Clinton en la contienda.
Pero lo que hará realmente la diferencia es que la gente salga, en efecto, a votar el 8 de noviembre.