Viviremos mejor cuando nos dejen votar para lo que nos interesa y no solo para lo que les interesa a ellos; cuando aprendamos a cambiar de opinión y de partido
La gran noticia tiene que ver con la convulsión experimentada por el orden de prioridades de las dimensiones del bienestar social. Resulta que en lugar de la invariabilidad tradicional en los impactos respectivos de la educación, el amor y el dinero, este último ha dado un salto y se ha colocado en cabeza de los factores de la felicidad
Siempre pensé –estuve convencido– de que las preguntas de la gente eran más seductoras que las respuestas de los expertos. Éstas son mis respuestas a las que me hacen con más frecuencia
Somos incapaces de asimilar el cambio más radical de todos los que han ocurrido hasta ahora: estamos ya enzarzados en la puesta en marcha de una civilización planetaria
¿Por qué se han dedicado tan pocos recursos y esfuerzos a calibrar todos los costes y beneficios de los grandes saltos tecnológicos?
Todo el mundo habla del inevitable debilitamiento del poder de los estados autonómicos. Algo me dice que el proceso contrario es lo que ha empezado.
América Latina es una zona que inició seguramente su estructuración alguna vez en el pasado, pero a la que no se dio la oportunidad de llevarla a cabo
El narcotráfico no ha parado de extenderse por América Latina. Pero las ganas de controlarlo, cuando no de humanizarlo, también
Es fácil decir que la ausencia de las nuevas competencias que exige la sociedad del conocimiento, comparadas con las modeladas por la revolución industrial, tiene la culpa del índice atrabiliario de paro entre los jóvenes. Lo difícil es demostrarlo y, más que eso, explicar el contenido de las competencias que se echan de menos.
Se acabó pensar que valores como la justicia, la verdad o el amor solo existían fuera del tiempo; al contrario, la realidad solo existe referida a lo que es real en cada momento