El de la alcaldía de Bogotá, ciudad de 7,1 millones de habitantes, se considera en ese país el segundo cargo de elección más importante después del presidente. Bogotá no es solo la capital de Colombia, sino que concentra la mayor densidad poblacional del país. Además, es el epicentro de los poderes públicos nacionales y el ayuntamiento tiene destinado el mayor presupuesto público del país, 24,6 billones de pesos (7 mil 200 millones de dólares). Bogotá es la tercera ciudad de Latinoamérica que más recibe inversión extranjera.
En las elecciones regionales de este domingo 27 de octubre, este cargo lo ganó Claudia López Hernández, de 49 años, la primera mujer, miembro de la comunidad LGBTI+ de la historia en hacerlo. Es la primer persona con una abierta orientación sexual diversa que gana la alcaldía de una capital de América Latina. Y en Colombia, los derechos LGBTI+ no están todavía plenamente garantizados.
“Bogotá no solo votó para que la ciudad cambie en los próximos cuatro años sino para que esta generación cambie a toda nuestra sociedad. Votó para que a través de la cultura ciudadana, de la educación de calidad y de la igualdad derrotemos, superemos y desaprendamos el machismo, el racismo, el clasismo, la homofobia y la xenofobia”, dijo López en su discurso de victoria.
Este resultado electoral que dio ganadora a López con el partido ecologista Alianza Verde y el de centroizquierda Polo Democrático marca también un hito, porque López no es una heredera de la tradición y militancia políticas de Colombia. “Rompe el paradigma de la mayoría de las mujeres exitosas en la política colombiana”, escribe Juan Esteban Lewin en La Silla Vacía.
“Ha hecho una carrera política breve y fulminante, de apenas cinco años, apalancada en sus críticas a la clase política y la corrupción, en una alta visibilidad mediática y una capacidad de dar y ganar peleas, según sus propios criterios”, agrega Lewin.
Claudia López ganó con 1,1 millón de votos (cerca del 35%) y superó en 2,7 puntos a Carlos Galán, el candidato independiente al que la mayoría de las encuestas daban como ganador.
En efecto, en 2014 López comenzó su vida política más destacada como candidata al Senado y obtuvo la votación más alta de su partido ecologista Alianza Verde con 81,000 votos. En 2018 se sumó a la fórmula de la candidatura presidencial de Sergio Fajardo como candidata a la vicepresidencia de Colombia.
López tiene fama de “incorruptible”, según varios medios. Santiago Torrado escribe en El País que en la campaña explotó esa reputación.
Bogotá tiene grandes retos enfrente. El Espectador publica que no son solo de transporte y movilidad, sino de infraestructura y seguridad. Y agrega que López llega con la promesa de “unir sectores que tuvieron profundas diferencias durante la actual administración, como los ambientalistas y otros grupos activistas”.
En la propuesta electoral de López está promover métodos alternativos de movilidad, extender la primera línea del metro elevado de Bogotá –una ciudad sin transporte subterráneo– y promover una ciudad segura sobre todo para mujeres y niñas.
Juan Esteban Lewin escribe en La Silla Vacía que la nueva alcaldesa tendrá el reto de ser administradora, pues ha sido más “analista y crítica”.
La cara pública de Claudia López es conocida por no tener filtro a la hora de hablar.
Un despacho de AFP recuerda que “tildó de ignorante la pregunta de un periodista sobre su posible apoyo ‘al régimen de Maduro’, le pidió a su principal rival no victimizarse ni convertirse en el ‘Neymar de la política’ y, durante un debate sobre paramilitarismo, acusó al expresidente Álvaro Uribe de huir ‘como sanguijuela por alcantarilla’ ”.
Lewin escribe que López lanzaba “dardos que luego echa para atrás”, lo cual para una alcaldesa “puede convertirse en un talón de Aquiles en la capacidad de tener puentes y alianzas de todo tipo, desde el sector privado con el que espera enfocar mejor la formación superior, hasta los políticos que probablemente necesite convencer para sacar adelante proyectos en el Concejo”.
López dio, sin embargo, un discurso conciliador tras la victoria que se diferenció del que usó en la campaña. Se dirigió a sus tres contendores y a sus votantes: “Vamos a ser un Gobierno para todos no solamente para quienes confiaron en nosotros”, dijo.
Su historia
En 2005, el nombre de Claudia López se hizo celebre porque lideró la investigación de la parapolítica en Colombia, que encontró vínculos entre congresistas y paramilitares. Más de 50 políticos están condenados a prisión por esta investigación.
La alcaldesa electa de Bogotá vivió la mayoría de su vida en el centro de esa ciudad. Es la mayor de seis hermanos. Comenzó la carrera de Medicina y la dejó para estudiar la de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales en la Universidad Externado de Colombia, que pagó con un crédito. Después estudió con una beca una maestría en Administración Pública y Política Urbana en la Universidad de Columbia en Nueva York.
En los años noventa, hizo política a lo pequeño. Participó en el movimiento estudiantil La Séptima Papeleta, que promovió la Asamblea Constituyente de 1991. Y trabajó en las campañas de Enrique Peñalosa, el ahora alcalde saliente de Bogotá, como recuerda Olga Lucía Lozano en un perfil sobre López. Los dos están ahora distanciados. Cuando Peñalosa ganó las elecciones, en la segunda campaña, López trabajó en la administración distrital. A su vuelta de Nueva York, trabajó en el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo. Después trabajó brevemente con Peñalosa en la campaña de su candidatura presidencial independiente. Se distanció de él cuando Peñalosa optó por sumar su candidatura al partido liberal.
Por esta ruptura, Claudia López empezó su trayectoria como columnista. En La Silla Vacía escribió un artículo que hablaba de la “traición” de Peñalosa a sus ideales políticos. Desde entonces ha sido también columnista de El Tiempo y Hora 20 en Radio Caracol.