El Senado brasileño aprobó en última votación un proyecto de ley que prohíbe la imposición de castigos corporales para los niños y adolescentes, incluyendo palmadas, tras cuatro años de debates legislativos y una dura oposición de algunos legisladores que representan a las iglesias evangélicas. La llamada “Ley de la palmada” esta misma semana será enviada a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, para su respectiva sanción. El texto es una enmienda al Estatuto del Niño y del Adolescente, una ambiciosa legislación de protección al menor que entró en vigencia hace 24 años en Brasil, y fue inspirado en la legislación de varios países que ya cuentan con leyes que prohíben a los padres propinarle castigos corporales a sus hijos. La norma establece que los infractores sean advertidos por las autoridades, y obligados a presentarse en instituciones de protección de la familia para recibir orientaciones o tratamiento psicológico o psiquiátrico.
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