Sólo entre 1990 y 2012, según datos de la Oficina de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el número de gallinas en el mundo ha crecido un 104,2%, de 11.788 a 24.705 millones, y el ganado vacuno, muy contaminante para el medio ambiente, ha pasado de 1.445 a 1.684 millones (un 16,5%). El problema está en saber si el planeta podrá soportarlo: un estudio de 2013, también de la FAO, asegura que la producción de carne es responsable del 14,5% de las emisiones de carbono y que, a la vez, en los países desarrollo el consumo de carne crece en torno al 5% o 6% al año. “El ganado tiene un papel muy importante en el cambio climático”, concluía la FAO. La llamada huella de carbono, que mide los recursos que se necesitan para producir algo, es gigantesca en el caso de la carne, tanto que nadie cree que se pueda mantener el ritmo actual. En el conjunto de los países desarrollados se consumían de media 60 kilos de carne en 1964, ahora son 95,7 y se calcula que serán 100,1 en 2030.
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