El Grupo de Apoyo al Sector Rural de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) desarrolló la tecnología Casa Caliente Limpia con la que busca modificar las casas existentes en la gélida zona de Puno, al sureste del país suramericano, con la instalación de paredes calientes, sellado de los techos y cocinas mejoradas para evitar la presencia de humo en su interior.
Hasta el momento se ha implantado esta tecnología en diez viviendas, que forman parte de un proyecto piloto de la organización Kusimayo, encargada de priorizar los hogares en condiciones más precarias. El objetivo es modificar otras 30 en 2014.
Kusimayo es una organización sin ánimo de lucro dedicada desde 2008 a implementar proyectos para mejorar las condiciones de vida de niños y adultos afectados por la pobreza y la desnutrición en Perú.
En el Puno la temperatura en invierno en esta región puede alcanzar los 18 grados centígrados bajo cero. El gélido clima andino provoca una elevada tasa de enfermedades respiratorias agudas, la principal causa de muerte en niños en zonas rurales.
Tradicionalmente, para calentarse los habitantes usan hornos de leña o de bosta (excremento animal) dentro de sus también precarias viviendas, ante el insuficiente servicio de energía. Aún así la temperatura dentro de las casas es de -5 aproximadamente.
Kusimayo antes se dedicaba a entregar de ropa de abrigo a las familias peruanas, pero ahora impulsa el proyecto de Casa Caliente Limpia, con el que la temperatura dentro de los hogares puede mantenerse en torno a los siete grados.
La tecnología consiste en añadir a la vivienda un muro relleno de piedras de río de color negro para conseguir un mejor almacenamiento de calor durante el día. Una serie de agujeros en ese muro permiten que el aire calentado por el sol durante el día circule en la casa.
Además el techo se aisla con un material local (arpillera) que retiene el calor transferido por el muro.
El proyecto concluye con la reforma de la cocina; se sustituyen las viejas calderas por una estructura de forma triangular, amigable con el medioambiente, adecuada para cocinar, y de un uso eficiente del combustible y se convierte en una fuente de calor.
La instalación de una Casa Caliente Limpia toma apenas dos días y requiere el trabajo de un equipo de cuatro personas, entre el personal técnico calificado y maestros de obra, más dos trabajadores de la comunidad. Ingenieros supervisan y controlan la calidad de las obras.
Fuente: Reportaje originalmente publicado en Planeta Futuro – El País | @IQLatino