No es novedad decir que el Covid-19 provocó un fuerte shock en la educación y los sistemas educativos en general. Quedaron en evidencia muchas situaciones que intentaban esconderse bajo la alfombra como las brechas de aprendizaje y la falta de infraestructura, y claro que otro gran problema evidenciado fue el aumento en las estadísticas de abandono escolar.
Hemos visto informes acerca de esto fundamentalmente en el ámbito de instituciones públicas de América Latina y el Caribe. Pero pocos hablan sobre el impacto de la pandemia en las escuelas privadas, las cuales también se han visto fuertemente afectadas. Por un lado, el nuevo escenario sanitario que obligó a que los estudiantes y familias se adapten a una educación virtual, siempre de calidad. Por otro lado, la crisis económica redujo los ingresos de muchas familias, con un efecto en la disposición al pago por educación privada. Razones que han afectado la decisión de las familias en cuanto a la continuidad o no, de sus hijos, en los establecimientos educativos elegidos previo a la pandemia.
Acerca de ello, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha publicado un estudio que muestra cómo se ha visto afectada la matrícula escolar privada en los países de Brasil, Chile, Ecuador, México, Panamá y Perú. Específicamente, se analizaron los cambios a nivel de matrícula total, por sector (público y privado), por nivel educativo (preescolar, primaria y secundaria) y por área geográfica.
Entre algunas conclusiones, se destaca que en primer lugar, con respecto a los resultados sobre matrícula total, “Brasil, Ecuador y Panamá muestran efectivas disminuciones en el número de estudiantes que asisten a la educación formal. Por otro lado, y quizás contrario a la intuición, Perú expone un aumento en su matrícula total”.
En segundo lugar y en referencia al análisis por sector, hay una disminución en el número de estudiantes que asisten a escuelas privadas en comparación con las públicas, exceptuando a Brasil. Como tercero, se observa como el “nivel preescolar privado es el más afectado por la pandemia y se debe en parte a que las familias tienen una menor predisposición al pago por educación privada en este nivel y escogen establecimientos públicos o homeschooling”.
Por último, sobre matrícula el área geográfica, la evidencia muestra que las caídas más pronunciadas y sistemáticas entre ciudades se dan en Ecuador y Perú que implementaron un proceso de matrícula digital que facilitó el traslado de escuelas privadas a públicas.
En síntesis, los resultados del BID, muestran como todos los países han sufrido una caída sistemática de la matrícula privada, sobre todo, en el nivel educativo preescolar, en gran parte por la caída de ingresos de las familias y la mala calidad de muchos de los servicios privados que se vieron afectados por la pandemia.
Es interesante analizar cómo este informe y sus resultados tienen importantes implicancias para la política pública de los gobiernos latinos, ya que se encuentra frente al desafío de atender esta emergencia debido a la alta demanda de muchas familias, pero también frente a la oportunidad de repensar el rol del Estado en el monitoreo y regulación de la educación privada. Sin lugar a dudas, dejar sin acceso a un derecho fundamental como es la educación, no es una opción. Es momento de reforzar el trabajo conjunto entre ambos sectores para que los colegios privados sigan jugando ese rol importante en la provisión de educación en América Latina y el Caribe como lo hacían antes de la pandemia