Los costos sociales y económicos de la violencia contra la mujer son enormes y repercuten en la sociedad. Las mujeres pueden llegar a aislarse e incapacitarse para trabajar, dejar de participar en actividades cotidianas y ver menguadas sus fuerzas para cuidar de ellas mismas y de sus hijos.
Es una reflexión a propósito del Día Internacional de la Mujer que se celebra el 8 de marzo. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) insta a los gobiernos a tomar acciones concretas para erradicar la violencia contra las mujeres en un mundo donde aún, siete de cada 10 féminas sufren algún episodio de violencia física o sexual a lo largo de su vida.
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La alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, denunció la indiferencia generalizada por parte de las autoridades y las sociedades ante la violencia contra las mujeres. “Constantemente las autoridades responsables de proteger a las víctimas y de perseguir estos crímenes se encogen de hombros y miran hacia otro lado cuando se enteran de violaciones y otros crímenes de género”, señaló Pillay.
Michelle Bachelet, directora de ONU-Mujeres lamentó que, si bien existen más de 125 países con legislaciones que penalizan la violencia doméstica contra mujeres y niñas, aún falta aplicar estas normativas de manera más estricta y, sobre todo, recalcó que hay más de 603 millones de mujeres que viven en países donde la violencia doméstica todavía no se considera un delito.
El secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, subrayó la urgencia de que se cambien los comportamientos para avanzar en el combate de la violencia de género, una pandemia mundial sufrida por millones de mujeres.
“Necesitamos cambiar actitudes y comportamientos. Precisamos cambiar las leyes y garantizar que se implementen. Los responsables deben ser castigados. La vergüenza de la violencia debe recaer sobre el culpable, no sobre la víctima”, puntualizó.