Para emprender con éxito en América Latina es necesario considerar un mercado regional ambicioso, que incluye tanto el resto de los países de la región, como también; el mercado de hispano-parlantes de EEUU, del cual se estima un PIB equivalente al de México.
Con la posible excepción de Argentina, México y, sobretodo, Brasil, el tamaño de los mercados nacionales hace menos atractiva la inversión en start-ups latinoamericanos.
Si a esto añadimos la mayor percepción de riesgo asignada a la región, por los analistas de inversión de capital a riesgo, concluimos que: en la medida en que se amplíe el mercado objetivo y se diluya el riesgo país, aumentan las probabilidades de obtener financiamiento externo, sobre todo de inversionistas de EEUU y Canadá.
Para emprendedores y emprendedoras con pocos recursos, en la región, esta realidad sugiere una validación temprana de la propuesta de valor en sus mercados locales. De esta manera podrán hacer atractivas sus productos y servicios para inversionistas ángeles locales, lo cual les facilitara financiar la evaluación de los mercados objetivos más atractivos en la región.
Acortar el ciclo de desarrollo del producto o servicio, es la clave para emprender con éxito, y esto es particularmente importante para quienes quieren emprender en mercados regionales: validar temprano e incorporar mejoras oportunamente, puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso para un emprendedor con pocos recursos económicos en América Latina.
Las aparentes dificultades de emprender en la región pueden ser superables si tomamos en consideración el gran potencial de crecimiento de nuevas iniciativas, así como las sinergias que se obtienen al ampliar el alcance de nuestros mercados objetivos. Las relaciones entre emprendedores en América Latina apenas comienza: las ventajas de aprovechar esta red relacional se hacen no sólo evidente, sino, cada vez, más necesarias.
Fuente: José R. Paz | Todo StartUps