Podrías terminar sentado al lado de Spike Lee viendo un partido de los Knicks; cenar con Alfredo Casero y que te regale el traje de Juan Carlos Batman que usaba en Cha Cha Cha ; asistir a un concierto en la casa de Antonio Birabent; comprarle una combi a una banda de Portland para que recorra todo Estados Unidos; participar como productor en un corto documental que recibió un Oscar; patrocinar un musical indie filmado en los territorios bonaerenses de Alberti; recibir los vinilos que siempre soñaste, pero que están descatalogados, y miles de recompensas más, participando como una especie de mecenas digital.
Muchas de las cosas que se están produciendo en la actualidad -películas independientes, grabación de discos, obras de teatro, espectáculos de danza, festivales de música y giras de artistas que van del rock a la música académica- recurren al patrocinio de gente anónima y común, a través del crowdfunding, la nueva herramienta de financiamiento colectivo que está revolucionando la forma de producir y consumir cultura.
Las reglas del crowdfunding son muy simples: la gente aporta fondos a proyectos artísticos novedosos que se difunden a través de distintas plataformas digitales como Kickstarter, Idea.me o MyMajorCompany, y reciben a cambio, según el monto del aporte realizado, recompensas tales como aparecer en los créditos de un disco, hacer un cameo en una película independiente o asistir a los ensayos de una obra de teatro.
Kickstarter, uno de los sitios más populares del mundo, recibió, desde 2009 hasta la actualidad, más de 470 millones de dólares en donaciones para los fondos de los proyectos publicados en su página. En julio, la plataforma de Estados Unidos volvió a ser noticia cuando Spike Lee, a un año del 25 aniversario del estreno de Haz lo correcto , uno de los films que sentó las bases para el cine independiente norteamericano, inauguró un perfil en Kickstarter en busca de fondos para realizar su próxima película. La cifra que estableció el cineasta como meta para poder realizar su film sobre “gente adicta a la sangre que no son vampiros”, es de 1.250.000 dólares, que tuvo que sumar en el lapso de un mes. Uno de los primeros contribuyentes fue Steven Soderbergh, otro prohombre del cine independiente de ese país, que aportó 10.000 dólares para el proyecto; la cifra, según los parámetros de recompensas establecidos por el propio Spike Lee, lo harán acreedor a una cena y a sentarse en la primera fila de un partido de basquet de los Knicks en compañía de su colega.
La plataforma ya era conocida en el universo del cine independiente -según estadísticas recientes, el diez por ciento de los films presentados en el último festival de Sundance fueron financiados gracias a ella-, pero la aparición de figuras más masivas como la película sobre la serie de culto Vero nica Mars, que recaudó más de cinco millones de dólares, estableció un nuevo récord para el crowdfunding .
Rob Thomas, el creador de Veronica Mars , había intentado realizar la película desde que la serie fue cancelada en 2007, pero con los derechos en manos de Warner todo había quedado en la nada. Hasta que surgió la posibilidad de la financiación colectiva; el monto pedido fue de dos millones de dólares, un presupuesto reducido para los estándares de Hollywood, pero el mínimo que pedía el estudio para darle luz verde a la película que acaba de terminar su rodaje en Los Ángeles. Pero la realidad superó todo lo esperado: en un mes, el proyecto recaudó 5,7 millones gracias a la contribución de más de noventa mil fans, que, a cambio de su dinero, recibirán recompensas tan simbólicas como significativas para ellos. Pósteres, saludos grabados de las estrellas del film, el privilegio de ponerle el nombre a un personaje de la ficción y hasta decir una línea en una escena, premios ideales para los fanáticos, pero ninguno tan fundamental como el hecho de haber formado parte activa de la realización de su adorado proyecto y haber vencido al sistema que les dio la espalda.
POR AQUÍ TAMBIÉN SE JUNTA
La plataforma Idea.me se transformó en el sitio favorito de América latina para artistas emergentes o ilustres desconocidos con ideas creativas. En el último tiempo, figuras de prestigio de la dramaturgia como Vivi Tellas o artistas como Alfredo Casero, con una legión de fans en las redes, se vieron tentados de subir sus proyectos personales al mundo crowdfunding para hacerlos realidad. La directora Vivi Tellas está a punto de estrenar (el 18 de agosto en El Extranjero) Maruja enamorada, biodrama de Maruja Bustamante, en el que les da rienda suelta a las historias de amor de esta actriz, directora y dramaturga que padece de erotomanía, una enfermedad que le hace creer que todos están enamorados de ella. Si bien se trata de un trabajo de proporciones pequeñas, experimental e independiente, para llegar a buen puerto tienen que conseguir 5000 pesos en 25 días.
“Me parece una muy buena forma de hacer posible lo que a uno le gusta. Es un modo democrático y muy interesante para que gente amiga o gente que conoce nuestro trabajo se transforme en pequeño productor. Es una nueva forma que te invita a involucrarte de entrada, para que las cosas que te gustan? sucedan”, dice Tellas, sobre esta experiencia que para ella es nueva, pero que ya ha utilizado Bustamante para llevar adelante varios de sus trabajos.
En el plano de las recompensas, esta historia también tiene su lado encantador: para los que aportan 50 pesos está previsto que puedan enviar un mensaje de amor a quien ellos quieran en YouTube o Vimeo a cargo del dúo Te Amo (que integran Bustamante e Iti el Hermoso, su compañero en el escenario). Para aportes mayores, las recompensas van desde entradas para el día del estreno hasta una cena con todo el elenco.
Entusiasmado por sus seguidores, Alfredo Casero subió el año pasado un proyecto a Idea.me invitando a sus seguidores a participar de la saga televisiva de Cha C ha Cha, bautizada Cha3DMubi: “La respuesta más práctica que tengo para darles a todos los fans de Cha Cha Cha que, a través de los años, me piden, pidieron y pedirán, que haga lo que mejor sé hacer, humor”. Casero, que protagoniza la tira Farsantes en El Trece, ya superó el objetivo inicial: reunir 120.000 pesos para la película que será estrenada con una función en un teatro, para todos los fans que aportaron de 30 a 11.000 pesos.
El crowdfunding aprovecha al máximo el micromecenazgo filantrópico -una idea que viene desde los tiempos de Mozart, cuando los benefactores le pagaban para componer sus obras-, pero combinado con la viralización que promueven las redes sociales y un espíritu de época colaborativo transforma el Hazlo Vos Mismo (Do It Yourself) en Hacerlo Entre Todos.
En el fondo, el financiamiento colectivo es lo que en el barrio se conoce como “vaquita”, según aporta Antonio Birabent. “La palabra inglesa, crowdfunding , me parece bastante feucha. Me gusta la idea del financiamiento colectivo, la participación grupal, lo que tradicionalmente nosotros llamábamos «vaquita». Básicamente, potenciar una iniciativa entre muchos, ayudar a alguien a concretar su proyecto. Yo me enteré de esta herramienta en un show de Richard Coleman. Gustavo, del sello Ultrapop, me contó la manera que había encontrado para financiar algunos discos.
Lo primero que me llamó la atención es que músicos como Coleman y [Ariel] Minimal ya lo habían hecho y me pareció que en este momento de mi vida era lo mejor. Me pareció una buena alternativa para volver a trabajar con un sello, hay que buscar formas nuevas en estos tiempos en que la industria discográfica está tan desarmada. Es una manera genuina de cultivar la autogestión, de una manera más comunista”, cuenta Birabent, que entre sus recompensas fijó un concierto en su casa, para el que aporte 500 pesos.
El financiamiento colectivo permite que todos participen con un aporte pequeño o grande e impulsa el espíritu de colaboración. La sensación de participar directamente en la realización de la obra, de sentirse un poco artista siendo un hombre anónimo, es un punto fuerte del fenómeno del crowdfunding . La meta en común entre los artistas y el público, a partir de las propias reglas de la plataforma, que establece una fecha de vencimiento para conseguir el financiamiento deseado, le aporta mayor compromiso y adrenalina. En esa pulseada contra el tiempo está el éxito o el fracaso de cada proyecto: la propuesta que no llega a juntar el dinero en el tiempo acordado debe devolvérselo a los aportantes.
Cada artista hace su propia campaña a través de un video en Internet en el que cuenta la propuesta, apelando a la originalidad del proyecto, al incentivo de sus seguidores o a discursos más filosóficos; espera también el empujón de los internautas. “Ayudémonos para no tener que depender de instituciones y corporaciones y hacerlo entre todos”, decía durante su campaña para grabar un disco en Nueva York la nueva artista chilena Camila Moren.
Sin embargo, la herramienta que empezó a ser utilizada por obras de teatro del off o bandas de la escena independiente de diferentes partes del mundo (alrededor del globo hay decenas de plataformas de crowdfunding como Indiegogo, RocketHub, FundAnything y Ulule) atrajo también la atención de los peces gordos de la industria, como el sello Universal que recurre a ella para reeditar discos de vinilo descatalogados, o celebridades de Hollywood como Zach Braf (protagonista de la serie Scrubs y del film de Disney, Oz, el poderoso ).
Muchos se empezaron a preguntar entonces si eso era justo para directores y actores noveles en busca de hacer su primera película que intérpretes con tanta llegada a la industria como Kristen Bell (protagonista del film de Veronica Mars ) o un cineasta de peso como Spike Lee se valieran de la plataforma de mecenazgo cibernético.
“Sus creadores fueron muy claros conmigo: «Spike, Kickstarter es para todo el mundo». También me advirtieron que algunos nos iban a criticar. Pero lo que esa gente no entiende es que quienes me están aportando su dinero no conocían la plataforma. Un gran porcentaje de mis contribuyentes son personas que nunca habían escuchado hablar de Kickstarter, así que no es verdad que esté quitándoles potenciales fondos a otras propuestas de la plataforma”, contó Lee, que siente que el financiamiento colectivo es el único recurso para poder hacer films en tiempos en que Hollywood sólo apuesta a tanques multimillonarios o aventuras animadas para toda la familia.
Todavía el grueso de los proyectos que se financian surgen de la cultura emergente, pero cada vez la herramienta es mirada con mayor interés por círculos más amplios. Y mientras la discusión sobre la utilización del crowdfunding crece entre los círculos de la autogestión y la industria, el cineasta Spike Lee pone en perspectiva el crecimiento de este fenómeno con una sola frase. “Hoy, una película como Haz lo correcto no contaría con el apoyo de ningún estudio”, afirma el cineasta norteamericano, sobre la suerte que correría en la actualidad el film que consiguió una nominación al Oscar al mejor guión original. Un guión que, según parece, en estos tiempos sólo podría volverse película gracias a la generosidad de esos individuos interesados en otro cine, dispuestos a ser pequeños productores de sus films soñados.
CÓMO FUNCIONA LA “VAQUITA” CIBERNÉTICA
Una guía para los que tengan buenas ideas
Durante un plazo máximo establecido por los responsables de las plataformas (suele rondar los 55 días), los creativos difunden su proyecto para que los colaboradores hagan aporte económico, que va de cifras pequeñas a grandes montos de dinero. Si se logra la meta, obtienen recompensas especiales por haber participado del plan. El negocio para las plataformas consiste en cobrar una comisión promedio del 6 por ciento sobre lo recaudado. Los aportes pueden hacerse por medio de tarjetas de crédito, transferencias electrónicas o de sistemas como Pagofácil o Rapipago.
EL EFECTO EN LA INDUSTRIA
Cifras y curiosidades de la participación colectiva
- Con 5,7 millones de dólares el proyecto de Veronica Mars fue el que más recaudó en la historia de Kickstarter en la categoría cine, con más de 91.000 contribuyentes: el número más alto en la historia de la plataforma. Una contribución de 10 dólares para la película garantizaba recibir un PDF con el guión del film el día del estreno. Un desembolso de 400 dólares le aseguraba al generoso donante que la estrella de la película, Kristen Bell, y su director, Rob Thomas, lo seguirían durante por lo menos un año en Twitter. Los que decidieron invertir mil dólares consiguieron entradas para la première del film en Los Ángeles, además del ingreso a la fiesta de lanzamiento después de la proyección.
- En cuatro días el proyecto de Spike Lee sumó más de 200.000 dólares.
- El 10 por ciento de los films que se presentaron este año en Sundance fueron financiados a través de Kickstarter. Cuatro de ellos recibieron premios.
- Un Oscar: Inocente recibió este año el galardón a mejor corto documental.
- Universal puso en marcha la campaña de crowdfunding The Vinyl Project para relanzar al mercado, en formato vinilo, álbumes que habían sido descatalogados.
LAS REGLAS DE ORO PARA EL ÉXITO
Cómo potenciar los proyectos en la Red
- Ser realista
- Haga números antes de lanzar su proyecto. Sólo conseguirá el apoyo del 10 por ciento de su público en las redes.
- Campaña
- Comunique bien su idea. La gente se identifica con las historias detrás de los proyectos. Eso genera empatía y ganas de contribuir.
- Las recompensas
- Cuanto más inteligentes, divertidas y originales sean las recompensas, mayor será el incentivo de los colaboradores para aportar.
- Originalidad
- Para que el proyecto sea un tema de conversación en las redes tienes que ofrecer un proyecto diferente.
PANTALLAS DEL MUNDO NUEVO
- Kickstarter – Es una de las plataformas más populares. Desde su creación, en 2009, logró financiar más de 34.000 proyectos.
- Idea.me – Comenzó a funcionar en 2011 y es el sitio de América latina que ha logrado la mayor cantidad de financiamientos exitosos.
- Panal de Ideas – Es la única plataforma en el mundo que no cobra comisión.
Fuente: La nación