Desde hace casi una década, Venezuela es víctima de una fuerte crisis energética. En años recientes, períodos prologados de sequía han ocasionado que el agua en el embalse de la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar alcance niveles muy bajos. Esto, aunado a una falta de inversiones y mantenimiento del sistema eléctrico nacional, ha llevado a que las interrupciones del servicio se vuelvan un elemento común en la vida diaria de los venezolanos.
Como respuesta ante la crisis, el ministro de Energía Eléctrica anunció hace unos días la racionalización del sistema eléctrico para los centros comerciales de la ciudad—en otras palabras, la suspensión de este este servicio en los horarios comprendidos entre la 1:00 pm y las 3:00 pm, y de las 7:00 pm a las 9:00 pm. Esta medida no solo tendría un impacto significativo en el funcionamiento y productividad de los centros comerciales de la ciudad, sino que además implicaría grandes restricciones en la vida social de los caraqueños.
Desde hace ya varias décadas, Caracas ha visto el surgimiento de enormes complejos comerciales que han venido a sustituir el espacio urbano de encuentro por excelencia: la plaza. De hecho, muchos de estos centros comerciales llevan en sus nombres una referencia a algún tipo de espacio público—“Paseo Las Mercedes,” “Galerías Los Naranjos,” “Plaza Las Américas”—y son el sustituto natural de las plazas públicas en las que nuestros padres y abuelos se sentaban a charlar en tiempos mejores.
Con 119,87 homicidios por cada 100 mil habitantes, Caracas es hoy la ciudad más peligrosa de América Latina, de acuerdo con un informe publicado hace apenas unas semanas. A partir de esto, los centros comerciales se han convertido en el único espacio de encuentro para personas de todas las clases sociales, albergando toda clase de lugares de esparcimiento: restaurantes, ferias de comida rápida, parques infantiles, cines y teatros. Son estos establecimientos los que se verían más afectados por la nueva medida, pues la misma restringe precisamente los horarios en los que existe una mayor demanda de estos servicios, limitando la oferta cultural de los centros comerciales a una función de teatro y dos funciones de cine al día durante la semana.
Sin embargo, como pasa en todo el mundo, las crisis son oportunidades para “darle la vuelta” a los problemas cotidianos. Ejemplo de ello, es lo ocurrido la semana pasada en el Municipio El Hatillo, donde un grupo teatral decidió que, a pesar la medida de racionamiento eléctrico, el show debía continuar. Ante la imposibilidad de efectuar la función de las 8:00 pm en las salas del Centro Comercial Paseo El Hatillo, los actores decidieron buscar alternativas y organizaron el evento al aire libre.
A través de una fuerte campaña vía redes sociales, y de la mano con la Alcaldía del Hatillo, en cuestión de horas la productora del show trasladó su obra a la Plaza Bolívar de la jurisdicción, un espacio público que cada vez adquiere mayor relevancia para quienes viven en el municipio y lo frecuentan para clases de yoga, proyecciones y otras actividades que tienen lugar tanto de día como de noche. Para sorpresa de todos, aunque un tanto improvisada, la actividad congregó a más de 100 personas en este espacio—convirtiéndose en un antídoto temporal y creativo a la restricción energética.
Situaciones como ésta demuestran que frente la adversidad siempre hay oportunidades dentro de lo público, y tienen una serie de ventajas para la ciudad:
- Promueven la recuperación de espacios para la recreación y el encuentro social, dándole visibilidad a plazas y parques ante un público juvenil que normalmente no los frecuenta.
- Contribuyen a generar una mayor percepción de seguridad, a partir de la apropiación de los espacios públicos, especialmente de noche.
- Propician el surgimiento de alianzas público-privadas para realizar futuras actividades de este tipo.
Afortunadamente, la Cámara Venezolana de Centros Comerciales, Comerciantes y Afines pudo lograr un acuerdo con el Ministerio de Energía Eléctrica, y a partir del martes 16 de febrero los centros comerciales que estén en capacidad de autogenerar electricidad, podrán operar en horario regular. Sin embargo, los que no cuentan con plantas eléctricas, trabajarán en horario corrido desde las 12:00 pm hasta las 7:00 pm.
Aunque esta nueva disposición salva la programación cultural de algunos centros comerciales, aún supone costos muy altos y restricciones para muchos otros. Mientras el país supera esta crisis, esperamos que esta situación al menos sirva como plataforma para invitar a los caraqueños a disfrutar de actividades culturales al aire libre, y como medio para generar una agenda nocturna más diversa y accesible para la ciudad.
Andreina Seijas se incorporó al BID en noviembre de 2013 para trabajar en comunicaciones y productos de conocimiento para la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES). Previamente, trabajó como Asociado en Políticas Públicas en la Americas Society/ Council of the Americas en Nueva York, donde realizó investigaciones sobre una gran variedad de temas sociales y políticos en América Latina, organizó eventos de políticas públicas y se desempeñó como asistente editorial para la revista Americas Quarterly. Andreina tiene experiencia en el diseño e implementación de estrategias de comunicación para el sector público, privado y sin fines de lucro. También tiene experiencia en proyectos de desarrollo humano en Venezuela, Haití y los Estados Unidos. Andreina cuenta con una Licenciatura en Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), una Maestría en Política Social y Desarrollo de la London School of Economics (LSE) y una Maestría en Administración Pública de New York University (NYU). Síguela en Twitter @AndreinaSeijas
Gerardo González trabaja en Consultores 21, una reconocida empresa venezolana en estudios de políticas públicas y de opinión pública desde el 2011. Es profesor invitado en el IESA (Instituto de Estudios Superiores de Administración) desde el 2010 en la Maestría de Gerencia Pública y en la Maestría de Administración de Empresas. Ha sido Profesor de la Universidad Católica Andres Bello, de la Universidad MonteÁvila y de la Universidad Central de Venezuela, así como de otras instituciones académicas en Venezuela. Sus principales temas de investigación son: espacios públicos, sociedad civil, participación social, democracia e instituciones, comunicación política y comercial y políticas públicas para la gestión local. Previamente trabajó como asesor para la UNCTAD y la UNEP en las Naciones Unidas en Ginebra en temas de desarrollo sustentable. Gerardo González es Sociólogo graduado de la Universidad Central de Venezuela. Tiene una Especialización en Relaciones Económicas Internacionales del Centro Internacional para la Educación y Desarrollo (CIED) y una un Maestría en Estudios Latinoamericanos del Centro de Documentación y Estudios de América Latina en la Universidad de Ámsterdam. Síguelo en Twitter @gerardoUCV