Las amenazas a los ecosistemas de la Amazonia han encontrado respuestas en el activismo de sus habitantes autóctonos. Un proyecto periodístico lo cuenta.
La plataforma periodística global independiente Democracia Abierta y el Rainforest Journalism Fund (RJF) del Pulitzer Center se aliaron para contar las historias de estas personas, miembros de las comunidades indígenas del Amazonas en Brazil y Ecuador.
El RJF del Pulitzer se lanzó en septiembre de 2018 para apoyar alrededor de 200 proyectos periodísticos sobre el ambiente y el clima durante los siguientes cinco años. Para ello, se proponen capacitar a periodistas locales, regionales e internacionales.
El proyecto de Democracia Abierta se llama “Defensores de la selva”. Los primeros cinco capítulos se centran en líderes de Brasil y los siguientes tres, en los de Ecuador.
“Son las voces de los que no tienen miedo de defender sus territorios, incluso cuando las fuerzas más poderosas del país plantean graves amenazas”, anuncia la presentación del proyecto.
Francesc Badia i Dalmases es el autor de los perfiles y también ha publicado las historias en El País. Las fotos y videos son de Pablo Albarenga.
El primer capítulo cuenta la historia Ednei, 20 años, de la etnia Arapiun, en Cachoeira do Maró, coordinador del Consejo Indígena Tapajós-Arapinus que integra a 45 aldeas de 13 comunidades indígenas. Es líder vigilante de la selva para protegerla de los madereros y cazadores furtivos.
El segundo capítulo se centra en Dani, quien, además de lideresa defensora del ambiente, es activista de derechos LGBT+. Tiene 21 años. Además de aceptar, reconocer su homosexualidad, decidió expresarla libremente ante su familia de Prainha 2, en las orillas del río Tapajos, su comunidad y las iglesias mayormente evangélicas, para inspirar a otras personas como ella.
La protagonista del tercer capítulo es Drica, profesora de la Reserva del Río Trombetas y la primera mujer elegida para representar la asociación del territorio, conformada por seis comunidades afrodescendientes. “Con mi elección como coordinadora por primera vez se rompió una barrera. Espero que sirva para que otras mujeres hagan lo mismo”.
El cuarto capítulo de la serie es sobre Joane, activista ambiental. Desde pequeña se le daba reciclar el plástico de forma natural, convirtiéndolo en joyas o en maceteros. Ahora, con sus 20 años, se empeña en concienciar a los miembros de su comunidad de Suruacá, en la Reserva Extractivista Tapajós-Arapiuns, sobre los daños del plástico de un solo uso y la quema de residuos. Ella insiste en el cambio de hábitos de sus vecinos.
La historia de Tupi está en el quinto capítulo. Como activista indígena de la aldea de San Francisco, también en Tapajós-Arapiuns ella lidera un movimiento de empoderamiento de la mujer, que empezó por reconciliarse con sus raíces para superar una historia violencia sexual, física y psicológica por parte de su pareja
Con el sexto capítulo de Defensores de la Selva aparecen los protagonista de la Amazonia ecuatoriana. Aquí cuentan la historia de Julián, indígena de la comunidad de Wishui, activo contra el impacto de una nueva carretera que atrae a los madereros y a los negocios extractivos y mineros, y daña la tierra de los Achuar.
Achuar es también Verónica, la protagonista del séptimo capítulo de la serie. Es partera. Cultiva sus propias plantas medicinales. Asiste a las mujeres de la comunidad de Sharamentsa, aunque en sus tradiciones antiguas el parto era un evento solitario para las mujeres, dentro de la selva, sin que nadie las viera.
El octavo capítulo es sobre Nantu, también un indígena Achuar de 31 años, que propone, como respuesta a la construcción de la carretera, un proyecto de transporte en barcos de energía solar que se usan como transporte colectivo para los vecinos de su comunidad de Sharamentsa, en la ribera del río Pastaza.
Foto: Captura de pantalla del trailer del proyecto “Defensores de la selva”