Escuchar y entender cómo la gente en el día a día tiene un conjunto de problemas a los que se pueden dar soluciones con tecnología y ciencia. Es decir, conocer la demanda. Ese es el modelo de innovación social que busca impulsar el Banco Interamericano de Desarrollo en los emprendedores de América Latina y el Caribe.
La idea de demanda asociada a la innovación social la expuso José Miguel Benavente, jefe de la División de Competitividad e Innovación del BID, en el Primer Hackatón de Periodismo Científico y de Innovación, que se llevó a cabo en Guadalajara, México en días pasados.
“En el modelo que tenemos en la cabeza, la innovación no sólo está liderada por lo que llamaremos la oferta, es decir, quienes desarrollan conocimiento, y que sigue un proceso más o menos lineal y que podría terminar en algún emprendimiento que nos dé valor, sino también que venga del otro lado, es decir: atendiendo las necesidades que tiene la sociedad a través de bienes y servicios privados o públicos hechos para atender a los requerimientos”, dijo Benanvente en una entrevista con el diario El Economista.
Según el experto, la innovación tiene que ver con la creación de valor. Y el valor no lo atribuye quien lo desarrolla sino quien lo usa y si le genera algún bienester o soluciona un problema.
“La innovación social es un proceso de cocreación en el que tienes que estar cerca de tu beneficiario para que te cuente su problema. No lo va a estructurar como lo haría un ingeniero, pero necesitas leer esa necesidad para genera una demanda de conocimiento para aplicar una solución”, explica.
Puede ser que el conocimiento que se busca ya esté desarrollado en otro lado y sea difícil hacerlo localmente y tratar de hacerlo sería muy ineficiente desde el punto de vista de los recursos. En otros casos, puede ser que el conocimiento no exista y tenga que desarrollarse en forma local para atender la demanda local.
Fuente: Artículo (completo) originalmente publicado en El Economista | versión IQLatino
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