Un mundo más desigual con un número creciente de personas cada vez más vulnerables de caer en la pobreza. Ese es el panorama que expone el Informe del Índice de Desarrollo Humano (IDH) 2014 dado a conocer por la secretaria general adjunta de las Naciones Unidas, Gina Casar, aunque su presentación oficial, en Japón, ya había ocurrido en junio. Pese a que el nivel de desarrollo ha aumentado a nivel global según los criterios que mide el informe como el acceso a los sistemas de salud y educativo, así como la esperanza de vida o el nivel medio de renta de un país, el progreso es muy frágil. El riesgo de que se derrumbe lo construido es elevado, advierte el documento. Las primeras alarmas han saltado: desde 2008, se ha ralentizado notablemente el crecimiento que venían experimentando en sus indicadores de derechos humano todos los grupos de países, tanto los poco desarrollados como los más avanzados. Cerca de 800.000 personas que han salido de la pobreza en las últimas décadas podrían volver a caer en ella y sumarse, de nuevo, a los 1.500 millones de personas que viven en la miseria. Si no se redoblan esfuerzos para afianzar lo conseguido, los logros podrían revertirse. Lejos de aumentar su compromiso para que esto no suceda, muchos países han recortado drásticamente la partida de cooperación al desarrollo.
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