Numerosos dreamers, como se denomina a los jóvenes que fueron traídos al país ilegalmente cuando eran menores, todavía no se han acogido al programa ejecutivo que deja en suspenso las deportaciones que entró en vigor en agosto de 2012 por falta de dinero u otros motivos, incluida desinformación o temor a ser deportados si esos programas son anulados en el futuro. Se desconoce cuántos inmigrantes están en esta misma situación, pero desde que entró en vigor el programa y hasta febrero de este año se habían recibido 770.338 solicitudes, de las cuales 639.000 fueron aprobadas, 50.000 estaban siendo estudiadas y 80.000 fueron denegadas, según la oficina de Servicios de Ciudadanía e Inmigración. Esto quiere decir que cientos de miles de jóvenes no han presentado solicitudes para acogerse al programa, ya que el Centro de Investigaciones Pew calcula que hay 1,7 millones de dreamers que podrían ser cobijados por las órdenes ejecutivas.
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