En los últimos años, la juventud en gran parte del mundo ha reclamado espacios para hacerse escuchar, para dar a conocer sus necesidades, problemas y demás inquietudes.
Con el boom de las redes sociales, los jóvenes se han volcado hacia esas plataformas para divulgar todo eso que por alguna razón los medios de comunicación tradicionales desechan o ignoran porque no hacen parte de sus intereses.
Pero no solo me refiero a entretenimiento puro, si no también espacios donde se muestra la cotidianidad de una manera más entendible para ellos.
Sin embargo, hay que decir que a pesar de que hoy en día, hay cualquier tipo de herramientas para que cualquier joven construya opinión, no todos están interesados en generarla, muchos reclaman espacios, pero muy pocos desarrollan ideas con las que puedan atraer a otros jóvenes para construir país o simplemente hablar de lo que los aqueja como sociedad.
Un ejemplo de ellos fueron las recientes Elecciones de los consejos de juventud en Colombia. Era la primera vez que se abría este tipo de posibilidades para que eligieran sus representantes en esta figura democrática. Lamentablemente hay que decir que la participación en esta instancia democrática fue bastante escaza. De más de 12 millones de personas entre los 14 y los 28 años que se encontraban habilitadas por la ley para votar, solo acudieron 1 millón 200 mil personas a las urnas. Lo contradictorio del asunto es que el Gobierno Colombiano calificó la jornada como un “rotundo éxito”.
Además, los medios de comunicación tradicionales no han mostrado un interés genuino en darle participación a los jóvenes. Si miramos las parrillas de programación de los canales de televisión, las estaciones de radio y hasta en los periódicos, vemos con tristeza que son bastante escasos los espacios dedicados y/o realizados para jóvenes. Sencillamente porque los dueños de esos medios no consideran que estos sean rentables para su negocio.
Haciendo una revisión por Instagram y TikTok, que, a mi parecer, son las redes sociales más populares del momento, nos encontramos que hay demasiados contenidos de entretenimiento realizados por jóvenes que se metieron “por diversión” y terminaron convirtiéndose de la noche a la mañana en influenciadores, algunos constructivos y otros más bien polémicos, da la impresión que prima la ley del “todo vale” con el fin de ganar seguidores.
Como es normal en este tipo de plataformas, podemos ver desde contenidos de humor (tal vez el más relevante), tutoriales de cualquier tipo, pero muy pocos, por no decir ninguno, dedicado a hablar de las problemáticas que los agobian.
En Colombia se aproximan las elecciones legislativas y presidenciales, que se desarrollarán a mediados del 2022. El panorama es bastante complejo si vemos que son casi nulas las opciones por la que la juventud se vea representada en el alto gobierno, pero aun más escaza están los interesados en generar debate acerca de lo que puede cambiar al país con la elección de un nuevo presidente, Ahí hay un talón de Aquiles que puede ser muy fácilmente aprovechado por los de siempre, para seguir moviendo las fichas a su favor.
Puedo decir que el acceso en estos tiempos donde la tecnología hace parte de nuestra cotidianidad, están siendo desaprovechados por quienes debería ser los más conocedores en este tipo de plataformas. Esperemos que con el paso del tiempo, haya gente inquieta por despertar conciencia y hablar de cosas que realmente los afecten.