Sube el termómetro, asciende la violencia. Así podría sintetizarse la conclusión de un nuevo estudio dirigido por las universidades de Princeton (Nueva Jersey), Cambridge (Massachusetts) y California (Berkeley), en Estados Unidos, según el cual el clima adverso contribuye a aumentar la violencia, tanto a nivel interpersonal, a través de crímenes, como la de carácter social, traducida en conflictos bélicos civiles o en disturbios. Las conclusiones parten de un estudio de 45 bases de datos de diferentes partes del mundo, entre los que hallaron patrones de conflicto similares, asociados a la sequía y el aumento de las temperaturas.
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