El coronavirus ataca con fuerza a las comunidades indígenas

El coronavirus se propaga con velocidad en las comunidades indígenas de la Amazonía, en Brasil, Colombia y Perú.

Los pasos fronterizos desde Venezuela son más vulnerables al contagio y eso afecta a los indígenas refugiados.

En Chiapas, en México, 27% de su población es indígena y está expuesta, “ya que cuentan con centros médicos que solo atienden las dolencias básicas”, según El Tiempo de Bogotá.

Y en Estados Unidos, la comunidad Navajo registra, en proporción a su población, más contagios que Nueva York y New Jersey.

En todos, la falta de atención del Estado agrava la situación y aumenta la velocidad de la propagación. Aunque los diversos pueblos indígenas de estos territorios mantienen sus costumbres y tradiciones, y tratan de hacer uso de sus conocimientos ancestrales para prevenir la enfermedad, están enclavados dentro de regiones que van al ritmo del sistema regente. Están expuestos al contagio en centros urbanos y no tienen acceso a agua potable ni atención hospitalaria inmediata y suficiente.

El río Amazonas es la vía de comunicación principal entre estas comunidades que tocan a Brasil, Colombia y Perú.  Alejandro Millán Valencia reportó para BBC Mundo que este río está sirviendo como un canal del contagio a otras comunidades de la Cuenca Amazónica.

“El río es el eje del Amazonas que conecta a la gente de Perú, Brasil y Colombia. Y aunque en el mapa se ve como algo muy disperso, todo se conecta a través de su cauce y sus afluentes”, cita Millán Valencia al médico colombiano Pablo Martínez, con 20 años trabajando en la zona.

Según la nota de El Tiempo de Bogotá, que usa como fuentes a varias agencias de noticias, hay más de 1 mil contagios en Leticia, la capital del departamento del Amazonas en Colombia. “El virus ha ocasionado una de las peores tragedias de su historia”, dice el reporte. Los dos centros de salud de Leticia “han reportado saturación y falta de recursos para atender a todos los enfermos”.

Un grupo de médicos de esa región se ha negado a atender casos de Covid-19 porque no tienen ellos mismos garantías de protección contra la enfermedad.

El artículo da cuenta de 38 comunidades indígenas en riesgo en la Amazonía de Brasil.

En Iquitos, en la Amazonía peruana, los médicos le dijeron a Millán, de BBC Mundo, que no tienen “camas suficientes para atender la emergencia sanitaria”. “La gente se va a morir en sus casas, porque no tenemos cómo atenderla”, agregaron.

La directora general de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa Ettiene, dijo en una rueda de prensa que estima que hay 20 mil casos de coronavirus entre los indígenas del Amazonas que toca a Brasil, Perú y Colombia, reportó Europa Press.

“Estos grupos viven tanto en aldeas aisladas con acceso mínimo a servicios sanitarios como en ciudades densamente pobladas como Manaos (Brasil), Iquitos (Perú) o Leticia (Colombia)”, dijo. Agregó que “la repercusión de la COVID-19 en los indígenas tiende a ser el doble de alta, en comparación con otros estados en los mismos países”, según el despacho.

La segunda semana de mayo murió por Covid-19 el cacique Messías Kokama, informó EFE.

Kokama era considerado como “el principal líder indígena de la ciudad de Manaos”, y uno de los fundadores, en esa ciudad, de la mayor comunidad indígena urbana del Amazonas, Parque das Tribus-Tarumá, donde viven 3 mil personas: 700 familias de 35 etnias amazónicas de Brasil. Lo despidieron sin los rituales tradicionales.

Altací Robim, vocera de esta comunidad, dijo a EFE que entre sus habitantes hay más de 40 personas infectadas y que “a nivel regional la etnia Kokama, que tiene 14.300 personas en asentamientos, es la más afectada por la propagación del coronavirus” en todo el estado Amazonas.

Arthur Virgilio Neto, alcalde de Manaos, dijo a Millán Valencia de BBC Mundo que en la ciudad hay “más de 4 mil contagios y 620 muertos”. “No queremos milagros. Lo que necesitamos es un avión lleno de escáneres, ventiladores, medicamentos y equipos de protección”, le dijo.

 “La mayoría de los gobiernos, durante siglos,solo han visto a la Amazonía como un lugar del que se pueden sacar recursos, pero nunca donde invertir en temas como salud o educación. Por eso han elegido enfrentar este problema desde cada país, de forma individual y con distintas estrategias, y no se han dado cuenta de que el río conecta a esta región como un todo y necesita una atención integral”, le comentó por su parte el médico Pablo Martínez.

En Venezuela, al sur, el paso fronterizo con Brasil es el epicentro de contagios del estado Bolívar de ese país, limítrofe con Brasil, según una nota de Joelnix Boada para El Correo del Caroní.

Shabia Mantoo, vocera de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, habló este 19 de mayo de la vulnerabilidad de los indígenas que viven en las zonas fronterizas y los desplazados de Venezuela, informó IPS. 

Mantoo se refirió a los wayú y los barí, indígenas binacionales de Venezuela y Colombia asentados en territorio colombiano cerca de la frontera con Venezuela y “a quienes en Colombia se considera indocumentados ‘pese a que han vivido en esa área por generaciones’, muchos de los cuales “viven en zonas aisladas o remotas, donde no cuentan con servicios de salud y no tienen agua limpia y jabón. Otros se alojan en asentamientos urbanos informales sin acceso a equipos de protección”.

“Están en una situación de alto riesgo, porque la falta de regularización los deja desamparados ante la emergencia, además de que sufren amenazas de los grupos armados irregulares que controlan esas zonas”, explicó.

Acnur calcula que “unos 5 mil indígenas venezolanos desplazados, la mayoría de la etnia warao se encuentran en la región amazónica de Brasil”, sin una higiene adecuada ni servicios de salud. Según Mantoo, 1 mil de estos waraos tienen “acceso a servicios de alojamiento, alimentación, atención médica y educación” en refugios del estado brasileño, y otros 770 están en refugios municipales en Belén y Manaus.

Por otra parte, Lioman Lima reportó para BBC Mundo que en la Nación Navajo, en Estados Unidos, se registra la mayor cantidad de casos per cápita de coronavirus de ese país.

Las cifras actualizadas de la nota periodística de Lima indican que cerca de 4 mil navajos estaban contagiados con el coronavirus y más de 170 de ellos habían muerto por la enfermedad. “El número de contagios allí, en comparación con su población, está por encima de Nueva York y Nueva Jersey y es superior, incluso, al número total de contagios de países enteros”, escribe el periodista.

La Nación Navajo, al sur, toca Arizona, Nuevo México y Utah. Es la reserva nativa más grande de Estados Unidos.

Según el reporte, “casi 40%” de los habitantes de esta reserva no tiene acceso a agua potable y ese es su principal obstáculo para prevenir el virus.

“Decían que había que lavarse las manos durante 20 segundos… Y yo me decía, pero cómo voy a hacer eso si ni siquiera tengo agua para beber, para cocinar, para limpiar”, le dijo Marie Hoskie a Lima. Ella y sus vecinos y vecinas deben viajar hasta 30 kilómetros, “varias veces a la semana”, para conseguir una fuente de agua potable.

Remedios y recursos

Varios de los pueblos indígenas mencionados en este artículo echan mano de sus propios recursos para afrontar la pandemia del coronavirus.

Los de la etnia Sateré Mawé en la Amazonia brasileña usan plantas medicinales, que conocen desde sus ancestros, para tratar de mantenerse saludables, según un despacho de AFP reproducido por La Jornada. Hacen infusiones con “cáscara de carapanaúba (árbol con propiedades antiinflamatorias), de saracuramirá (utilizado popularmente en el tratamiento de la malaria) y té con ingredientes menos exóticos como jambú, ajo, limón, cáscara de mango, menta, jengibre y miel”.

A ninguno de los habitantes de esta etnia en la aldea Waikiru les han hecho ninguna prueba médica para confirmar el diagnótica, pero Valda Ferreira de Souza, de 35 años, sospechaba de sus síntomas. “El jarabe casero me alivió mucho. Me sentí con un poco de cansancio, parecía que me estaba tomando el pulmón, sentí falta de aire y tomé el jarabe”, dijo a AFP.

André Sateré Mawé, líder de esta comunidad, explicó: “Hemos tratado todos los síntomas que hemos sentido con nuestros propios remedios caseros, según nos han ido enseñando nuestros antepasados. Cada uno, con un poco de conocimiento, fue juntando los remedios y los fuimos probando, usando cada remedio para combatir un síntoma de la enfermedad”.

En la Amazonía colombiana, ante la falta de apoyo estatal, la Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (OPIAC) lanzó una campaña de recolección de fondos, que estará vigente hasta agosto, para ayudar a las comunidades más expuestas, 64 pueblos indígenas en seis departamentos, para que sigan en aislamiento y no tengan que ir a zonas urbanas.

“Los pueblos de la Amazonía convocamos e invitamos a los colombianos para que se vinculen por la Amazonía con medicamentos, dinero en efectivo y alimentos”, dijo Julio López, presidente de la OPIAC, en un rueda de prensa citada por EFE.

En San Sebastián de los Lagos, en Leticia, en el mismo país, están haciendo los indígenas están haciendo sus propios tapabocas con una máquina de coser y telas que les regalaron, reporta El Tiempo. Una mujer, de la que la nota no dice su nombre prepara té de yambú o botoncillos, que se mezcla con ajo y limón, y lo manda a los enfermos, a los que han diagnosticado sin ninguna atención posterior. El té lo toman tres veces al día.

Foto: Viktor Pesenti/ACNUR