Un segundo comunicado conjunto de Brasil, Colombia y México sobre las elecciones en Venezuela dado a conocer este jueves 8 de agosto, considera fundamental la presentación por parte del Consejo Nacional Electoral de los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024, desglosados por mesa de votación.
El texto, firmado por los ministros de Relaciones Exteriores de los tres países reafirma la conveniencia de que se permita la verificación imparcial de los resultados.
Cuando nos encontramos en la segunda semana de enfrentamiento entre el gobierno y la oposición venezolanas respecto a los resultados de la elección presidencial, los ojos del mundo mantienen concentrado su interés sobre un conflicto complejo y delicado, que amenaza con prolongarse.
Pero muy especialmente América Latina tiene como prioridad cortejar y apoyar en la resolución de la situación.
Las expectativas internacionales se posan sobre los mandatarios Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil, Gustavo Petro de Colombia y Andrés Manuel López Obrador de México, quienes parecen ser los más indicados para mantener línea con el cuestionado gobierno de Venezuela.
La tensión continental escaló el mismo lunes 29, cuando el régimen venezolano exigió la retirada del personal diplomático en Caracas de Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay. También ordenó el retorno de los representantes venezolanos en estos 7 países de América Latina.
Todo esto se debió a que los gobiernos de esas naciones manifestaron sus dudas sobre los resultados electorales, debido a las numerosas irregularidades que se hicieron públicas.
Esto derivó en la iniciativa de Brasil de custodiar las embajadas de Perú y Argentina en Caracas. En esta última se encuentran refugiados 6 colaboradores de la líder opositora María Corina Machado. El lugar ha sido objeto de acoso por parte de oficialistas.
La OEA ante la crisis
Por todos estos acontecimientos, los gobiernos de Uruguay, Argentina, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú y República Dominicana manifestaron en una declaración conjunta, emitida el lunes 29 de julio, su “profunda preocupación” por el desarrollo de las elecciones presidenciales en Venezuela.
Los nueve países exigieron la “revisión completa” de los resultados electorales y solicitaron una reunión urgente de la Organización de Estados Americanos.
Lamentablemente la OEA no pudo llegar a un consenso en su reunión del miércoles 31, para presionar a las autoridades venezolanas a publicar los resultados de las elecciones. Un total de 17 miembros del Consejo Permanente votaron a favor, 11 se abstuvieron y cinco estuvieron ausentes.
Frank Mora, embajador de Estados Unidos ante la OEA, anunció que la semana entrante la OEA volverá a convocar otra sesión extraordinaria del Consejo Permanente para discutir la situación del país y probablemente aprobar una nueva resolución.
“No podemos ni abandonaremos al pueblo venezolano en esto”, dijo Mora al respecto.
Una herida histórica para la región
Los fantasmas de una elección robada y una represión sanguinaria recorren hoy nuevamente a Latinoamérica. Fueron su peor pesadilla en el siglo 20, y aún hoy se lucha por desterrarlos del todo.
“La democracia es la norma en América Latina por primera vez en la historia de la región”, escribe Gerardo L. Munck para la publicación web española Política Exterior.
Y abunda: “Se celebran elecciones competitivas basadas en el sufragio universal para los principales cargos políticos de manera rutinaria. La alternancia pacífica en el poder entre gobierno y oposición se ha convertido en un rasgo común: desde la ola de democratización en la década de los ochenta y los noventa ha ocurrido, con algunas excepciones, en todos los países de la región. La democracia se ha institucionalizado en América Latina”.
Llegar a este estado de cosas ha costado, literalmente, sangre, sudor y lágrimas. Y no pocas. Basta echar un vistazo al mapa político regional a mediados del siglo pasado para estremecerse. Y sentir hoy, en pleno 2024, a la amenaza cobrando cuerpo nuevamente en una de las casas del vecindario, dispara todas las alarmas.
Nadie quiere volver a vivir aquellas pesadillas, que parecen desterradas para siempre hasta que se leen las noticias de Venezuela.
Lo que sucedió
La misma noche del 28 de julio, el Consejo Nacional Electoral venezolano proclamó a Nicolás Maduro como presidente reelecto con 52% de los votos frente al 43% del candidato opositor, Edmundo González Urrutia. Pero a 10 días de las elecciones, el CNE no ha publicado las actas que, supuestamente, comprueban la victoria de Maduro en las elecciones.
Sin embargo, las actas de votación publicadas en línea por el equipo de González Urrutia y la líder opositora María Corina Machado revelan que, a diferencia de lo que declaró el CNE, Maduro habría perdido. Estas actas, un total de 24.532, representan el 81,7% del total y fueron recopiladas por numerosos voluntarios opositores, organizados en una estructura que se bautizó como “comanditos”.
En el sistema electoral venezolano, al finalizar la jornada, las máquinas de votación emiten copias de las actas, las cuales se entregan a los testigos de los partidos políticos. Estas copias recolectadas, digitalizadas y contabilizadas por la oposición, se publicaron en un sitio web que permite, además, buscar el resultado de la mesa de votación correspondiente a cada ciudadano mediante su número de cédula de identidad.
Según Machado, la organización de la oposición sorprendió al régimen, que no esperaba los altos niveles de movilización ni la participación de todos los sectores de la sociedad en todos los estados del país.
“El mundo empieza a entender que Maduro ha ido quedando cada vez más aislado, a lo interno y a lo externo, hoy lo que le queda es prácticamente un círculo de la alta cúpula militar, que no son muchos, que están pretendiendo desconocer una realidad, que se expresó el 28 de julio”, dijo la dirigente en una entrevista simultanea con varios medios, realizada la noche del 7 de agosto y divulgada en Youtube.
Agregó que, sin la cooperación de los mismos funcionarios del CNE, la oposición no habría podido recolectar todas las actas que les permiten defender que González Urrutia fue el ganador.
Mientras tanto el Tribunal Supremo y la Fiscalía General de la nación suramericana se involucran en el conflicto, accionando de una manera que despierta, por decir lo menos, inquietud.
La principal sombra que pesa sobre la Corte es que está integrada por magistrados que fueron electos por la oficialista Asamblea Nacional y que formaron parte del gobierno.
Por su parte, la Fiscalía abrió un proceso penal contra González y Machado por supuesta “incitación” a funcionarios policiales y militares a la desobediencia de las leyes. POsteriormente agregó otra, alegando que la pagina web con las actas publicada por la oposición difundía información falsa.
La represión
Esta situación ha desatado una grave oleada de abusos de los derechos humanos. La represión escala en un intento brutal por ahogar los reclamos ciudadanos. La organización no gubernamental Provea contabilizaba 24 fallecidos hasta el 5 de agosto.
Para este jueves 8 en la tarde, la organización Foro Penal contabilizaba 1229 arrestados en protestas. La cifra incluye al menos 105 menores de edad, 16 personas con discapacidad y cinco indígenas.
La Secretaría del Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, a través de la Misión de Determinación de los Hechos sobre Venezuela, abrió la recepción de información sobre violaciones de los derechos humanos, que se recibe en este enlace.
Qué dice Estados Unidos
El 30 de julio, el presidente de Estados Unidos Joe Biden refirió en la red social X que había hablado con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, para discutir diversos temas bilaterales y regionales, “incluyendo la situación política emergente en Venezuela tras su elección presidencial”.
Según el mandatario estadounidense, “Coincidimos en la necesidad de la liberación inmediata de datos de votación completos, transparentes y detallados a nivel de mesa de votación por parte de las autoridades electorales venezolanas. Y nos comprometimos a mantener una estrecha coordinación sobre el tema”.
En un mensaje también publicado en la red social X, la vicepresidente Kamala Harris se hizo eco de las declaraciones del presidente Biden, pidiendo la “publicación inmediata de datos detallados de las encuestas sobre los resultados de las elecciones venezolanas”.
El 1 de agosto, el Departamento de Estado emitió una declaración de prensa del secretario Anthony Blinken, concluyendo que “Dada la abrumadora evidencia, está claro para los Estados Unidos y, lo más importante, para el pueblo venezolano que Edmundo González Urrutia obtuvo la mayoría de los votos en la elección presidencial del 28 de julio en Venezuela”.
El día 7, Blinken sostuvo una conversación con el secretario general de las Naciones Unidas, donde afirmó, según el vocero del Departamento de Estado, Matthew Miller, que “Edmundo González Urrutia obtuvo la mayoría de los votos el 28 de julio, y añadió que las actas contenían evidencias abrumadoras de que González derrotó a Maduro”.
En la misma fecha, el Centro Carter confirmó que Edmundo González Urrutia ganó las elecciones en Venezuela con más del 60% de los votos. La jefa de la misión a Venezuela, Jennie Lincoln, desestimó la teoría del chavismo sobre un jaqueo electoral: “No hay evidencia”. El Centro Carter fue invitado por el CNE para observar los cuestionados comicios.
El primer comunicado de la reconocida organización con sede en Atlanta dijo, la noche del 31 de julio, que no le fue posible cumplir con su labor de verificación y, por tanto, no pudo corroborar la autenticidad de los datos. “El hecho que la autoridad electoral no haya anunciado resultados desglosados por mesa electoral constituye una grave violación de los principios electorales”.
El Centro Carter fue invitado por el gobierno venezolano, ha observado más de 120 elecciones en 43 países y concluyó que la elección “no puede ser considerada democrática”.
Actualización: Viernes, agosto 9, 2024
8:50 AM ET, -5 GMT