El día 17 de Diciembre es una fecha en la que coinciden dos eventos relacionados a la gran figura que fue El Libertador Simón Bolívar.
En 1819, un día como hoy, El Libertador proclama formalmente en el Congreso de Angostura la creación de la República de Colombia, que integraba los territorios de Venezuela y Nueva Granada (hoy Colombia), que también incluía al Departamento de Quito (hoy Ecuador), y a partir de 1821 sumaría a Panamá. Este fabuloso proyecto independentista de Simón Bolívar, lo concebía como un contrapeso geopolítico y económico necesario frente a lo que visualizaba y denominaba “los colosos” que emergían al norte, los Estados Unidos de América, y al sur, inicialmente el Reino -luego el Imperiode Brasil.
La Gran Colombia, sueño y proyecto vital de Simón Bolívar, se proclama e inicia el mismo día que la fecha de su muerte en 1830, acaecida 11 años después en la ciudad de Santa Marta, por el avance fatal de la tuberculosis, pero más doloroso aún, en medio de la inmensa soledad que lo albergaba tras ver la República que luchó por crear disolverse ante las tensiones de los principales líderes de sus componentes político-territoriales: en Venezuela José Antonio Páez, y en Colombia Francisco de Paula Santander, acompañado esto de diversos alzamientos y conflictos desatados entre líderes o caudillos militares de la independencia de Nueva Granada, e incluso dos intentos de asesinado contra Bolívar.
La tensión subyacente más potente contra la existencia Colombia era resultado de la confrontación entre la visión Federalista que deseaban las provincias, principalmente Venezuela, encabezada por el General José Antonio Páez, contra la organización centralista asumida en la Constitución de Colombia promovida por Santander. Acompañada a esta tensión conceptual fundamental estaba también el desacuerdo de las poderosas familias de Caracas con relación a la capitalidad de Bogotá; y el reparto de los costos y las deudas de las guerras de independencia. Bolívar perdió el apoyo de muchos correligionarios en Venezuela, con Paéz a la cabeza de ese movimiento conocido como “La Cosiata”, al inclinarse por el Estado centralista promovido por Santander. Bolívar tenía un gran temor al Federalismo, que en su opinión explicaba la caída de la Primera República en Venezuela, como lo expresó en su histórico documento Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada por un caraqueño, más conocida como Manifiesto de Cartagena del 15 de diciembre de 1812.
Pero en realidad, si bien el Federalismo promovió tensiones irreconciliables entre los caudillos militares regionales en Venezuela durante la Primera República, debilitando la acumulación de fuerza en torno al gobierno Federal, el fracaso fue más bien el resultado de la inexistencia de un Ejército o Fuerza Armada Nacional debidamente cohesionada alrededor de un mando. Y no cabe duda que, ante la extensión territorial de la Nueva Granada y Venezuela, así como sentimientos nacionales en el plano político, un diseño federalista al estilo de la Constitución de los EEUU habría evitado muchas de las tensiones que enterraron el proyecto de Colombia.
Es importante recordar que para 1813, cuando fracasa la Primera República, era Francisco de Miranda, no todavía Simón Bolívar, la figura central y dominante del proyecto de independencia; y que la caída de la Primera República culmina con la captura de Miranda, luego desterrado y encarcelado en la prisión de La Carraca (Cádiz, España). Incluso, la caída de la Primera República es por algunos historiadores atribuída a un error del entonces jóven Simón Bolívar en Puerto Cabello, al encarcelar a los militares realistas que habían ofrecido su rendición en el Castillo de San Felipe, el mismo lugar donde se encontraba el arsenal de armas acumuladas por las fuerzas patriotas o independentistas, ya que en efecto, la sublevación con éxito de los detenidos realistas fue suficiente para ponerlos rápidamente en control del armamento antes de poderlos sofocar y someter, lo que marcó el colapso militar de aquella Primera República, con la posterior persecución y captura de Miranda en La Guaira.
Pero volviendo a febrero de 1828, el asunto de la unidad de Colombia iba mucho más allá de la discusión sobre la forma de Estado y Gobierno. La República estaba a merced de una madeja de desencuentros y conspiraciones subalternas. En su intento por cohesionar la República de Colombia bajo su mando, Bolívar intenta acumular poder a partir de su autoproclamación como Dictador, con el propósito de imponer la unidad desde el estado de sitio.
Al iniciar su recorrido en esta nueva lucha, ahora interna, Bolívar encuentra la soledad, deslealtad y adversidad. Ocurren en secuencia el primer intento de asesinato en Lima con la llamada conspiración del Teatro de Variedades (28 de Julio de 1826); y la llamada Nefanda Noche o Conspiración Septembrina (25 de Septiembre de 1828) cuando un grupo de insurrectos irrumpieron en el Palacio Presidencial de San Carlos, sede del Gobierno de Colombia, en Bogotá para asesinarlo y tomar el poder por asalto. De la Conspiración Septembrina fue encontrado responsable Francisco de Paula Santander, a quien Bolivar le perdonó la vida y lo desterró. Con el destierró de Santander se agravó el proceso desintegrador, y los alcances logrados un año antes por Bolívar en su entrevista con Páez (celebrada en Valencia el 4 de Enero de 1827) ya se mostraban frágiles ante las circunstancias desencadenadas en Nueva Granada.
La soledad de Bolívar en su empeño por salvaguardar el magnífico proyecto de la República de Colombia se agrava a partir del asesinato del Mariscal Antonio José de Sucre (Berruecos, el 4 de Junio de 1830), quien sería en ese propósito una figura de especial dimensión y “auctoritas”, además de probada lealtad a El Libertador; precisamente cuando la tuberculosis avanza quebrantando la Salud de Bolívar.
Esta situación con su precaria salud lo lleva a desviar su rumbo a Cartagena y alojarse a partir del 6 de Diciembre en la Quinta de San Pedro Alejandrino, ubicada en Santa Marta, donde Simón Bolivar se encuentra con su lecho de muerte, ahora claramente agotado, traicionado en lo político-militar, y arruinado, porque la inmensa fortuna personal de la que había sido heredero (la familia Bolívar era una de las más acaudaladas de la América española) fue totalmente invertida en la causa de la independencia y el proyecto de Colombia.
El 17 de Diciembre, en una casualidad que tiene también algo de causalidad, muere el que para muchos es el más grande de los líderes iberoamericanos de la independencia: el venezolano (y mas concretamente el Caraqueño) Simón Bolívar. La casualidad está en la coincidencia de la fecha 17 de Diciembre como el nacimiento de la República de Colombia; pero allí comienza también la causalidad, porque Bolívar fallece en medio de su desesperado intento por salvar ese proyecto político que muere, definitivamente, junto con su partida física ese mismo día, una década después.
En su lecho de muerte, desolado y frustrado, pronunció Bolívar uno de sus más dolorosos pensamientos:
“Si mi muerte contribuye a que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”.