Un reporte de la CAF (banco de desarrollo de América Latina) titulado “Emprendimientos en América Latina: desde la subsistencia hacia la transformación productiva”, indica que debido a la falta de oportunidades laborales, uno de cada tres latinoamericanos (alrededor del 28% de la población ocupada) emprende su propio negocio como autoempleado o microempresario. Sin embargo, registran baja productividad y pocas condiciones que puedan hacerlos exitosos. El fracaso de estos emprendimientos se debe a que, según el informe, sólo el 25% de los autoempleados o microempresarios “tiene condiciones parecidas a los empresarios más dinámicos”. Para el 75% restante, el trabajo asalariado sería una mejor opción que el emprendimiento, ya que estas nuevas empresas no sólo generan ingresos bajos e inestables, sino que también “les impiden acumular capacidades y aptitudes laborales”.
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