David y Víctor Mayoral Vilches pensaron que, en el futuro, cada persona podría tener un robot volador que podría ser controlado con su teléfono móvil o su tablet. Aquel futuro ya está aquí. Se trata de Erle Robot, como definen sus creadores, “una plataforma robótica de pequeñas dimensiones con la capacidad de volar”.
David es estudiante de informática apasionado por el marketing, la comunicación y los medios sociales.Víctor es ingeniero de telecomunicaciones e ingeniero informático, además de un enfermo de la inteligencia artificial y la robótica.
La idea nació hace tres años en Noruega, donde Víctor conoció un laboratorio de vehículos aéreos no tripulados. Entendió que el concepto podía simplificarse al máximo y que eso podría reducir mucho los costos de fabricación.
“En los últimos 20 años se han hecho grandes promesas en este área, muchas de las cuales no han llegado. Nosotros pensamos que, a corto plazo, el futuro de la robótica no estará en robots humanoides de miles de dólares, sino en pequeños robots, ágiles y en el talento y la creatividad de miles de personas con esta tecnología en sus manos”, señala Víctor.
Erle es, simplificando, un pequeño ordenador volador. “A pesar de su tamaño, tiene capacidad de cómputo para realizar muchas tareas y utiliza el sistema operativo Linux. Nuestra intención es integrar diferentes sensores en el robot. Hasta ahora nuestros diseños incluyen 9 de ellos y nuestros siguientes objetivos son las cámaras y los micrófonos. Su precio rondará los US$192,05 (€150)”, explica el ingeniero.
“Nuestro modelo de negocio se basa en la venta de robots a particulares. Pensamos que los makers pueden encontrar interesante nuestro robot ya que estará listo para hackearlo. Planteamos también una segunda línea de negocio orientada a dar servicios a empresas a través de nuestro robot”, dice Mayoral.
Erle sigue en fase de desarrollo (el recorrido del mismo puede seguirse en su web). Sus creadores se encuentran en búsqueda de constante financiación. “Creemos firmemente en lo que hacemos y tenemos el talento necesario para llevarlo a cabo. Nos gustaría incluir a un inversor con experiencia en Business Development que, además de aportar capital, comparta nuestra visión”, reclama Víctor Mayoral.
Fuente: Texto original en Yorokobu