Las lista no tan extensa, pero algunos de estos nombres son harto conocidos: Bill Gates, Warren Buffett, Richard Branson, George Soros, Mark Zuckerberg o celebridades como Bono, Bob Geldof, Sting… Ellos forman parte de una élite que acoge la idea del filantrocapitalismo, mujeres y hombres con mucho dinero que no sólo piensan en sus ganancias sino que quieren hacer con ellas labor social.
El término filantrocapitalismo lo introdujo Matthew Bishop, editor de The Economist y coautor de un libro con título similar, escrito junto al economista Michael Green. La idea es significar o denotar la tendencia de aplicar métodos y enfoques empresariales a la filantropía.
Por ejemplo, la Fundación Bill y Melinda Gates ha gastado más de US$ 28.000 millones en causas como la eliminación de la malaria, la lucha contra el ébola, el VIH pediátrico, saneamiento y potabilización del agua. Gates es, sin duda, la personalización del filantrocapitalismo.
Bishop explica que los filantrocapitalistas no son donantes tradicionales, sino inversores sociales que consideran y calculan maximizar las ganancias para las causas que han elegido colocar bajo su ala.
Entre otras iniciativas que se pueden inscribir en el fenómeno del filantrocapitalismo, es bueno citar la iniciativa Giving Pledge, una campaña creada por Buffett y Gates con la cual se invita a los multimillonarios a donar al menos la mitad de sus fortunas. Giving Pledge ha sido suscrita por 127 de ellos (individuos y parejas de 13 países, ninguno de América Latina, entre los que se encuentran Mark Zuckerberg, George Lucas y Mellody Hobson, Dave Goldberg y Sheryl Sandberg, Paul E.Singer, Jeff Skoll, Paul Allen, Richard y Joan Branson, Steve Bing y John Caudwell). Entre todos han aportado (o se han comprometido a aportar) una cifra que alcanza los 600 billones de dólares.
Hace unos años, el empresario de medios Ted Turner creó algo similar llamado Slate 60, un listado donde la revista online (Slate) publicó las mayores donaciones filantrópicas.
Según reporta Bishop, las investigaciones acerca de cómo incrementar las cosechas en los países menos desarrollados —financiadas por la Fundación Rockefeller— lograron un aumento de la producción que, se calcula, ha salvado a más de 1,000 millones de vidas desde la década de 1940.
Fuente: Artículo (completo) originalmente publicado en Revista Forbes | versión IQLatino
Imagen: driverlayer.com