Se llama Antonio Feliz, pero se identifica con el nombre artístico Parsec. Y se trata de un verdadero artista que lleva más de 50 años pintando las paredes de Castrogonzalo, su pequeño pueblo natal, en Zamora, España, a 260 kilómetros al noroeste de Madrid, de apenas 495 habitantes, según el censo de 2012.
Parsec ni siquiera tiene que huir de la policía, como comunmente le sucede a los graffiteros. Al contrario, los propios vecinos y hasta el alcalde les piden que decore las paredes de sus casas o los muros de la ciudad.
Pero a él se le han unido otros en su contribución al arte mural urbano: Neko, Dier, Porfavor, Lázarototem y Alto han plasmado su arte y su sello en Castrogonzalo.
Los motivos de sus murales son variados: mujeres tendiendo la ropa limpia, hombres de traje mirando el horizonte (siempre a la izquierda), gallinas, zorros.
En una ocasión, un guardia civil sorprendió a un grupo de estos muralistas en plena faena. “¿Quién de ustedes es Parsec?”, preguntó el oficial. Nervioso, Antonio Feliz dio un paso al frente. “¿Podría hacerte un encargo?” le preguntó el militar, para alivio del artista.
El éxito de estos murales ha sido tal que el colectivo Madrid Street Art Project ha organizado paseos para contemplar el arte urbano de Castrogonzalo.
Fuente: Reportaje original de Edurne Grau publicado en Yorokobu