América Latina y el Caribe han aprovechado el crecimiento económico y los recursos obtenidos durante la última década para aumentar su gasto en educación, pero no han sabido enfrentar el desafío en la calidad de lo que se enseña a los jóvenes en las escuelas, asegura Sebastián Edwards, ex economista en jefe para América Latina del Banco Mundial y catedrático de la Universidad de California. En los últimos 10 años, el gasto en educación pasó del 4,3 al 5% del PIB, muy cerca del promedio de los países ricos de la OCDE, del 5,6%. Ello ha permitido lograr el acceso universal a la educación primaria. No obstante, la cobertura sigue siendo baja en la educación secundaria y superior. La mayor cantidad del gasto en educación se destina a sueldos de los siete millones de profesores que hay en la región. Estos hombres y mujeres, que dan clases a más de 125 millones de niños (según la ONU), representan el 4% de la fuerza laboral de la zona y sus salarios absorben el 4% del PIB, según el Banco Mundial.
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