Durante 20 días de cada mes el médico pediatra Gustavo Farruggia, originario de Rosario, Argentina, convive con las comunidades rurales excluidas del sistema formal de salud en su país.
Allí, y especialmente en la Provincia de Chaco, el emprendedor social que convirtió en profesión su vocación de servicio se ha dedicado con pasión al reto de reducir la gran tasa de mortalidad infantil causada por un terrible asesino silencioso, el mal de chagas, enfermedad que de acuerdo con el último informe de la Organización Mundial de la Salud afecta a 8 millones de personas en el mundo.
En la región asolada por la pobreza y la ausencia de recursos médicos, esta enfermedad, curable durante las primeras etapas de la infección, ha experimentado un resurgimiento, especialmente en la población infantil.
Tanto la Organización Mundial de la Salud como Farruggia admiten que uno de los retos más importantes para lograr el control del mal de Chagas, causada por el Trypanosoma cruzi, es la dificultad del acceso a diagnósticos y tratamientos para las personas con pocas posibilidades económicas que viven en zonas aisladas y en ciertos casos, como el Chaco, impenetrables. Además -se queja el galeno- todavía existe una gran falta de reconocimiento de la enfermedad, aunada a la “injusticia y silencio por parte de muchas personas”.
En Argentina -asegura Farruggia- “El mal de Chagas sigue estando casi igual que hace cien años”. Es por ello que para este experto el problema de la falta de atención médica en estas áreas también ha puesto en evidencia otros problemas estructurales dentro de los sistemas político y educativo del país.
Fundación La Higuera
Aproximadamente 4 millones de residentes rurales no están incluidos en la Encuesta Permanente de Hogares y por ende, la mayoría está excluida de los planes de salud pública del Estado.
Adicionalmente, el currículo de pre y posgrado de medicina en las universidades argentinas no incluye contenidos específicos que se dediquen al tratamiento de las enfermedades propias de las zonas rurales, una situación que ha afectado no solamente el tratamiento del mal de Chagas, sino también de otras afecciones olvidadas, como la malaria, que persisten acabando con la vida de millones de personas desfavorecidas en el mundo.
En este contexto nació La Higuera, una Fundación abanderada por el doctor Farruggia y conformada por profesionales médicos de la ciudad de Rosario, especializados en pediatría, que se dedican a viajar por zonas desfavorecidas de la Argentina con el objetivo de atender a niños de comunidades rurales aisladas con necesidades básicas insatisfechas y sin acceso completo a sistemas de salud.
El proyecto Pediatría Ambulatoria Itinerante para Comunidades Rurales y Aisladas -P.AI.C.R.A- es la iniciativa principal de la fundación. El mismo se encarga de proveer asistencia médica a los niños de El Impenetrable chaqueño, trabajando en conjunto con el sistema de salud estatal de la provincia de Chaco. En vista de que muchas de las enfermedades que afectan a éstas áreas son causadas por distintos factores (higiene, vivienda, contaminación del agua, deshechos), la labor de La Higuera es compleja, y es por esto que la misma se dedica a cinco áreas específicas: la promoción y prevención de salud, crecimiento y desarrollo, abordaje de problemáticas típicas de las comunidades, diagnóstico y tratamiento de Chagas en edad pediátrica, y la actividad académica destinada a la formación específica en pediatría rural.
Desde 2003, año de su fundación, La Higuera ha abierto al menos 3000 historias clínicas pediátricas en la zona de 20 mil hectáreas de un bosque de la provincia chaqueña conocido como El Impenetrable. Al menos la mitad de 500 niños que han sido diagnosticados con el mal de Chagas, han presentado mejorías y 8% están completamente curados.
Conjuntamente, ha comenzado a construir La Casa de la Pediatría Rural “Don Laureano”, que será un espacio destinado tanto a la capacitación de futuros médicos rurales, como a la recepción de los médicos voluntarios que colaboran con el proyecto, aproximadamente 230, entre argentinos y españoles. Además de esto, uno de los grandes logros de esta fundación consistió en alcanzar la incorporación de sus prácticas en la formación de posgrado de la Universidad de Rosario, lo cual ha permitido la generación de nuevos contenidos, investigaciones y publicaciones basadas en el trabajo de terreno de La Higuera.
La organización humanitaria ha recibido varios reconocimientos: en el año 2011 obtuvo el Premio Abanderados de la Argentina Solidaria; en 2012 se convirtió en Fellow de la prestigiosa organización Ashoka y en 2013 fue preseleccionada para el premio Emprendedor Social Ernst & Young.
Marcela Colmenares | IQLatino