Chile está evaluando si el próximo año continúa prestando su territorio para los recorridos del internacionalmente conocido Rally Dakar, debido a críticas o dudas por el presunto impacto ambiental que acarrea la competencia de 567 vehículos rústicos que circulan por zonas de interés arqueológico o protegidas.
Juan José Sauad, especialista en recursos naturales, docente e investigador en la Universidad de Salta, asegura que la región argentina, por donde también cruza el Rally Dakar, carece de una base de información con indicadores ambientales que permitan medir los cambios.
Sin inventarios de flora, de fauna ni de condiciones y características del ambiente, nadie puede asegurar con certeza si el impacto será alto, moderado o imperceptible. Y esa incógnita no parece preocuparle a nadie que organice o que se encargue de controlar la carrera.
Sin embargo, el investigador explica que los vehículos del Rally Dakar arrojan una gran cantidad de partículas en el aire, que en esta época del año alteran la floración y la maduración de frutos de gran parte de la flora autóctona. Además los ruidos generan el alejamiento de la fauna silvestre propia, que se suma a la generación de residuos que puedan quedar en el lugar.
Rossana Ledesma, doctora en arqueología e investigadora del Conicet, explica que el problema es no tener acceso a cuál será el recorrido que tendrá la carrera, dado el convenio de confidencialidad que se acepta como parte del acuerdo con la ASO (Amaury Sport Organisation) la empresa que se encarga de la organización global de la competencia.
El tema con la confidencialidad tiene que ver con el resguardo de los circuitos del Rally Dakar para evitar que los competidores tengan información de antemano. Para cumplir con cada etapa deben pasar por una determinada cantidad de “white points”, únicos puntos donde se activa el GPS asignado por la organización y que les permitirá dirigirse al próximo destino. Entre esos puntos, los pilotos deben guiarse solamente por sus navegadores, con mapas, instinto y destreza.
“Si no los encuentran dan círculos, pasan por propiedades privadas, campos, o lo que se encuentren y en ese trayecto puede haber sitios arqueológicos, caminos incaicos, etcétera”, alerta Ledesma.
Fuente: Artículo originalmente publicado en La Gaceta | versión IQLatino
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