Yakima es una ciudad del estado de Washington, en la costa oeste de Estados Unidos, a 229 kilómetros al sureste de la capital estatal Seattle. Con una población algo mayor a los 71.000 habitantes, es conocida por ser unas de las mayores áreas productoras de manzanas en el mundo, así como un lugar primordial de producción de lúpulo. Su nombre procede del pueblo indígena Yakama.
El invierno en Yakima suele ser muy rudo, con temperaturas que no superan regularmente los cero grados centígrados. En esas condiciones se hace muy difícil la actividad agrícola. Pero a raíz de una iniciativa de la conferencia anual de los productores Tilth, organización no lucrativa que promueve la agricultura sostenible, las cosas comenzaron a cambiar.
Desde 2010, la oficina local del Departamento de Agricultura de EEUU ha financiado 18 invernaderos tubulares a través del Servicio de Conservación de Recursos Naturales en los condados de Yakima, Klickitat y Benton, todo, con un costo total de US$ 58.000.
La ayuda financiera busca que los productores locales puedan ampliar sus temporadas de cultivo. El costo por pie cuadrado es US$ 2,55 para la construcción del túnel. Las estructuras cuestan entre US$ 3.000 y US$ 6.000.
Mientras las plantas de maíz y tomate yacen inertes, en el invernadero rudimentario de Hilario Álvarez, los pimientos crecen muy bien gracias al calor y la humedad. Él podría cultivar hortalizas durante todo el invierno si hubiese un mercado de productos agrícolas abierto en esta temporada de frio.
“Crecen fácil”, le dice Álvarez, de 62 años de edad, a un grupo de 30 agricultores y estudiantes de turismo que visitan sus siete invernaderos rudimentarios hechos de plásticos estirados sobre unos marcos curvos.
Álvarez construyó sus túneles altos por su propia cuenta, pero la idea es la misma.
Las estructuras de los invernaderos tienen paredes sólidas que son hechas con tubos de metal curvos que forman una cúpula. Los productores extienden un plástico transparente en la parte superior, a veces, añadiendo tela negra para ofrecer sombra y enfriar el interior.
Álvarez incluyó una manguera de riego por goteo a lo largo del suelo.
Él construyó su primer invernadero en 2002, luego añadió otros con el paso del tiempo. Piensa abrir otro, quizá, el próximo año.
Durante el verano abre las puertas para que circule el aire y evitar que las plantas se recalienten. En el invierno, baja el nivel del plástico y usa estufas de leña y un calentador automático para mantener los cultivos cálidos.
Los invernaderos le dan la oportunidad de abastecer los mercados antes del inicio de temporada de cosecha. Él planta sus semillas en marzo y las trasplanta en abril, superando la cosecha al aire libre hasta en dos semanas. Por lo tanto, vende sus tomates, berenjenas y pepinos a un precio más alto. Dos de sus túneles crecen pepinos “iznik”, una variedad que no sobreviviría al aire libre bajo el clima frío del Valle de Yakima.
Álvarez es mejor conocido por sus pimientos, que se ensartan en una guirnalda de colores. Incluso tiene una variedad a la que llama “blueberry” y de la que afirma, sólo él posee.
La empresa familiar vende al por mayor a tiendas, restaurantes y a 18 mercados de productos agrícolas, como Pike Place Market en Seattle a partir del mes de mayo.
Los Álvarez podrían extender su temporada de venta más tiempo, pero no todos los mercados permanecen abiertos y los clientes no están capacitados para comprar productos frescos durante el invierno.
Fuente: El Sol de Yakima – Wikipedia | @IQLatino