El pesebre de este año de la Iglesia Metodista Unida de Claremont, en California, está enjaulado. El niño Jesús está en el medio, la Virgen María y San José están a los lados, como en un belén tradicional, pero en éste cada figura está separada en celdas parecidas a esas en las quem, en 2017 y 2018 y por las políticas migratorias de Donald Trump, la Policía Fronteriza estadounidense encerró a familias migrantes en la frontera sur. Entonces las autoridades separaron a niños de edades diversas de sus padres.
El pesebre está expuesto afuera del templo desde el fin de semana. Karen Clark Ristine, una de las ministras de la iglesia, lo presentó con un mensaje, junto a una foto, en su cuenta de Facebook. Su post tiene ya 14 mil comentarios de todo tipo y ha sido compartido más de 24 mil veces: “Poco después del nacimiento de Jesús, a José y María los forzaron a huir con su hijo pequeño desde Nazareth a Egipto para escapar del rey Herodes, un tirano. Temían la persecución y la muerte. ¿Qué pasaría si esta familia buscara refugio en nuestro país hoy? Imaginen a José y María separados en la frontera y a Jesús, no mayor de dos años, apartado de su madre y puesto tras las rejas en un centro de detención de la Patrulla Fronteriza, que es lo que ha pasado con más de 5,500 niños en los últimos tres años”.
Las estimaciones más recientes de la Unión Americana de Libertades Civiles, según los datos que aportó el gobierno a sus abogados, dicen que en concreto las autoridades estadounidenses han separado a más de 5,400 menores en la frontera desde el 1 de julio de 2017.
El 26 de junio de 2018, un juez de San Diego ordenó detener esa práctica, “excepto en circunstancias limitadas, como amenazas a la seguridad infantil o dudas sobre si el adulto es realmente el padre”, y ordenó reunir a esos niños con sus padres. Hasta la fecha de la orden del juez y desde el 1 de julio de 2017 separaron a 1,566 niños. En once meses. De ellos, 207 tenían menos de cinco años y cinco, meses de nacidos.
Según NBC News, desde la orden del juez el gobierno de Trump todavía separó a 1,090 niños de sus familias.
Cumplir la orden del juez de reunir a las familias ha sido difícil, porque los sistemas estadounidenses de seguimiento de las niñas y niños fueron inadecuados. Ha sido complicado localizarlos. Voluntarios de La Unión Americana de Libertades Civiles trabajan para encontrar a las familias y reunirlos con sus hijas e hijos, “puerta a puerta en países como Guatemala y Honduras”.
El pesebre de la iglesia metodista de Clarmont quiere mostrar su posición sobre este tema, afirman en una declaración que publicaron en su página web para responder al impacto que tuvo el belén en la opinión pública: “Creemos que la política de detención y separación de familias es inmoral en cualquier gobierno y esta congregación se ha opuesto a esas políticas desde su concepción”.
“Creemos y proclamamos que todas las personas están hechas a la imagen de Dios. El mensaje de nuestro nacimiento nos anima a ver la imagen de Dios y el amor de Cristo en cada persona (…). Estamos agradecidos por las conversaciones que este belén ha inspirado, y esperamos que estas conversaciones creen una mayor conciencia en cada uno de nosotros sobre el cuidado de Dios a los más desafortunados”, agrega la declaración.
José A. Del Real y Adeel Hassan, reporteros de The New York Times, fueron a la iglesia, que está a unos 48 kilómetros de Los Ángeles por el este. Los periodistas describen que las afueras del edificio están decoradas con carteles con los colores del arcoiris que dicen “Todos son bienvenidos”. Hay un signo de la paz colgando de uno de los árboles.
Los miembros de la comunidad de la iglesia, a quienes los dos reporteros consultaron, dicen que esta congregación, de unas 300 personas, “tiene una historia larga de inclusión y defensa”.
Domonique Sánchez les dijo que es parte de esta congregación desde hace décadas y que se siente reconfortada porque la iglesia toma partido contra la separación de familias, aun cuando al hacerlo inviten a la controversia. “Mi familia ha estado en este país por mucho tiempo, durante cinco generaciones. Ya somos más estadounidenses. Pero el racismo es siempre un tema, nunca se va, y ahora es más descarado y está delante de nuestras narices”, les comentó.
En efecto, no es la primera vez que la iglesia metodista de Clarmont hace un pesebre que toca teclas controversiales. En su declaración recuerdan que los pesebres que expusieron en 2009 y 2012 intentaron “sensibilizar de una forma similar sobre inquietudes por las políticas migratorias”.
CBS News menciona, además, otros belenes sacudidores. En 2014 expusieron a la virgen María como una mujer sin hogar con un bebé envuelto en un saco en una parada de autobús. En 2011, dice la publicación, expusieron a una pareja homosexual y a otra heterosexual y la escena fue vandalizada. En 2013 pusieron en el nacimiento a Trayvon Martin, un joven afroestadounidense, estudiante del bachilerrato, a quien George Zimmerman disparó arguyendo defensa propia.
Foto: Facebook de Karen Clark Ristine