Por Thais López Vogel
A medida que avanza el mes de julio y se instalan los días abrasadores del verano, también lo hace Julio Sin Plástico, un movimiento mundial cuyo objetivo es dedicar este mes a combatir la contaminación por plásticos.
Esta iniciativa no podría llegar en un momento más crucial. Nuestro mundo está lidiando con el omnipresente problema del exceso de residuos plásticos, que no sólo asfixia nuestros océanos y paisajes, sino que también agrava el cambio climático.
La relación entre el plástico y el cambio climático
La producción de plástico es una de las principales causas del cambio climático. El proceso de creación del plástico a partir de combustibles fósiles libera importantes cantidades de gases de efecto invernadero. Según la Universidad de Colorado en Boulder, cada año se producen más de 300 millones de toneladas de plástico en todo el mundo, y la mitad son plásticos de un solo uso.
Esta cifra incluye botellas de agua y refrescos, bolsas de plástico de supermercado, envases de productos, pajillas, tazas de café y bolsas de plástico de un solo uso. La producción y eliminación de plásticos emite alrededor del 3% de las emisiones mundiales, según datos de Our World in Data.
La forma en que se desecha el plástico contribuye a la degradación del medio ambiente. Los plásticos que acaban en los vertederos pueden tardar cientos de años en descomponerse, filtrando sustancias químicas tóxicas al suelo y a las aguas subterráneas. Cuando los plásticos se queman, liberan contaminantes nocivos en el aire, lo que supone un riesgo tanto para la salud humana como para el medio ambiente.
Reducir el plástico de un solo uso
Una respuesta inspiradora a esta crisis es aprovechar el mes de julio para reducir el plástico de un solo uso. La organización Plastic Free July inició este objetivo en 2011 en Australia, y desde entonces se ha extendido por todo el mundo. Afirman que el movimiento inspiró a más de 100 millones de participantes en 190 países.
Nosotros también creemos que, concienciando y promoviendo alternativas sostenibles, es posible reducir el consumo de plásticos de un solo uso, predicando con el ejemplo para lograr un cambio duradero.
La campaña ha tenido éxito no sólo entre la gente, sino también entre los cafés, restaurantes y comercios que adoptan políticas para minimizar el uso de plásticos. Se anima a los clientes a llevar sus propias bolsas, vasos y recipientes reutilizables. Estos pequeños cambios, en conjunto, tienen un impacto sustancial en la reducción de los residuos plásticos.
Consejos para reducir el plástico de un solo uso
Alejarnos de nuestra dependencia de los plásticos de un solo uso requiere un cambio de hábitos y de mentalidad. Aquí tienes algunos consejos prácticos que te ayudarán a empezar:
- Lleva bolsas reutilizables: Lleva siempre una bolsa para compras reutilizable cuando salgas. Guarda unas cuantas en el coche o cerca de la puerta para evitar olvidarlas.
- Deshazte de las botellas de plástico: Invierte en una botella de agua duradera y llénala antes de salir de casa. Esto no solo reduce los residuos de plástico, sino que también ahorra dinero.
- Di no a las pajillas de plástico: Utiliza pajitas de metal, bambú o silicona en lugar de las de plástico. Muchos restaurantes ofrecen ahora estas alternativas, o puedes llevar las tuyas propias.
- Compra a granel: Compra artículos a granel para minimizar los residuos de envases. Lleva tus propios envases a las tiendas que ofrecen la opción de comprar a granel.
- Elige productos ecológicos: Opta por productos fabricados con materiales sostenibles. Por ejemplo, utiliza envoltorios de cera de abeja en lugar de envoltorios de plástico y utensilios de madera en lugar de cubiertos de plástico.
- Apoye iniciativas sin plástico: Anima a empresas y gobiernos locales a adoptar políticas libres de plástico. Apoya a las marcas que prioricen la sostenibilidad.
- Educar y defender: Difunde los peligros de la contaminación por plástico y los beneficios de disminuir su uso. Únete o apoya a las organizaciones que trabajan para combatir los residuos plásticos.
Una responsabilidad compartida
Todos debemos comprometernos a abordar la crisis del plástico. Los gobiernos, las empresas y los particulares tienen un papel que desempeñar. Las políticas que regulan la producción y eliminación del plástico son esenciales, pero también lo son nuestras decisiones cotidianas. Participando en el mes de julio sin plásticos y comprometiéndonos con un estilo de vida que minimice el uso del plástico, podemos marcar colectivamente una diferencia significativa.
La salud de los ecosistemas de la Tierra, la biodiversidad y el futuro de la humanidad dependen de las medidas que tomemos hoy. Aceptemos el reto de Julio Sin Plástico y más allá, luchando por un mundo en el que el plástico ya no contamine nuestro medio ambiente ni acelere el cambio climático.
Este artículo ha sido facilitado por la Fundación VoLo, una organización sin ánimo de lucro cuya misión es acelerar el cambio y el impacto global apoyando soluciones climáticas basadas en la ciencia, potenciando la educación y mejorando la salud.