Ray Kurzweil ha estado enseñando a las computadoras a leer mejor, en lo que constituye un paso más en la marcha del progreso tecnológico. El inventor y futurólogo de 66 años cree que para el año 2030 las computadoras no solamente podrán entender el lenguaje oral común y corriente, sino que también exhibirán emociones.
El paso siguiente es la “singularidad”, un término que Kurzweil popularizó hace casi una década y que alude al punto en que los humanos y las computadoras se fusionarán en un solo ser. Eso ocurrirá en 2045, predice, cuando la inteligencia humana será mejorada por mil millones gracias a extensiones de alta tecnología para el cerebro.
Por ahora, como director de ingeniería de Google, un cargo que asumió en enero de 2013, Kurzweil se dedica principalmente a hacer que las máquinas entiendan lo que los científicos denominan lenguaje “natural”. Las computadoras no son tan buenas como los humanos a la hora de interpretar los contextos. Hoy, por ejemplo, una computadora podría escanear las palabras en un artículo y concluir que existe una probabilidad de 56% de que Barack Obama sea el presidente de Estados Unidos. Un ser humano, en cambio, puede leer la misma nota y determinar que Obama es el presidente de EEUU con una certeza casi absoluta. Kurzweil desarrolla programas de software que les permitirían a las computadoras entender el lenguaje en términos conceptuales, en lugar de sólo por unas palabras clave. La meta a corto plazo es crear una función de búsqueda en Google mejor y más conversacional.
Kurzweil tiene un largo recorrido en el mundo de la tecnología. A los cinco años decidió que quería ser inventor. Estudió en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, donde fundó su primera empresa de software cuando cursaba su segundo año.
Desde entonces, ha formado varias compañías e inventado una máquina que leía en voz alta un documento impreso a personas ciegas, entre otros avances. También ha adquirido fama gracias a sus libros sobre inteligencia artificial como La Era de las máquinas espirituales y La singularidad está cerca.
En su último libro Cómo crear una mente, publicado en 2012 en EEUU, Kurzweil postula la construcción de una extensión sintética del cerebro con el fin de conectarlo a la nube. Cree que unos nano robots podrán, algún día, recorrer nuestros capilares y que computadoras del tamaño de una célula nos conectarán a la nube al igual que nuestros teléfonos inteligentes lo hacen en la actualidad.
Aunque todavía faltan décadas para eso, Kurzweil trata de que las computadoras simulen el proceso de pensamiento natural del cerebro. Antes de la publicación de Cómo crear una mente se reunió con el presidente ejecutivo de Google, Larry Page, para obsequiarle una copia y tratar de persuadirlo para que invirtiera en una empresa que quería formar para poner en práctica las ideas del libro. Page mostró interés y convenció a Kurzweil de que lanzara la empresa bajo el alero de Google, lo que le daría acceso a los recursos de la compañía, pero mantendría intacta su independencia. Desde entonces, Google ha continuado edificando un laboratorio de inteligencia artificial con todas las de la ley, al contratar al experto en inteligencia artificial Geoffrey Hinton y adquirir DeepMind, una empresa que combina técnicas del aprendizaje de las máquinas y la neurociencia para elaborar algoritmos.
Kurzweil añade que Google no trabaja en el tema de los nano robots del cerebro. Pero imagina que una vez que las neo cortezas de nuestro cerebro se conecten a la nube, algo que ocurrirá en la década de 2030, según sus previsiones, esta conexión inalámbrica nos volverá mucho más inteligentes. “Alguien se acerca y tengo que pensar en algo inteligente y si mi neo corteza no da la talla, podré acceder a más neo corteza en la nube”, observa.
Fuente: Reportaje completo publicado en WSJ | @IQLatino