“Cuando todo te sale mal, no es el camino”, dijo el mexicano Luis Enrique García que pensó cuando lo deportaron de Estados Unidos y ya no pudo volver a pesar de haber vivido allí tantos años.
Ocurrió en los noventa, pero gracias a ello García es un empresario exitoso en Ciudad de México. Tiene su propia emisora de radio, Radio Mojarra, destinada a sus paisanos en Estados Unidos, y retransmitida desde México a ese país. Y además, García ayuda a otros mexicanos.
“Mojarra”: “espaldas mojada” o wetbacks, como se llama de forma genérica a quienes cruzan la frontera con Estados Unidos, sobre todo desde el sur. El término viene de los migrantes que atraviesan el Río Bravo (lado mexicano) o Río Grande (lado estadounidense), por la frontera entre Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, y Texas. En Atlanta, donde vivió, García se adueñaba del término y de su identidad como migrante. Como broma, se presentaba a sí mismo como “mojarra”.
Luis Enrique García contó a Gardenia Mendoza para una nota periodística en La Opinión que vivió en Atlanta durante 20 años. Había emigrado con su tío. En Estados Unidos trabajó como jornalero y mesero. Cuando servía mesas conoció a un locutor que lo contrató y lo introdujo en la radio.
Su madre enfermó y volvió a México. Al cabo de unos meses quiso regresar a Estados Unidos. Intentó hacerlo por Canadá, entrar con su licencia de conducir estadounidense, pero no pudo. Al tiempo, entró por Texas, pero lo retuvieron y lo deportaron.
“¡Claro que hay vida después de Estados Unidos!”, exclama Luis Enrique García, citado por Gardenia Mendoza.
Porque así empezó todo.
Era 1998. Con los ahorros de lo que trabajó esos años en Atlanta, compró un apartamento en Ciudad de México y fundó Radio Mojarra, dedicada a los paisanos que son migrantes en Estados Unidos como lo fue él.
“Radiomojarra es una estación para Migrantes Mexicanos en EU que son conocedores de los problemas y realidades del sueño americano, también conocidos como mojarraescuchas”, dice la presentación de la radio.
Hasta 2018, según la nota en La Opinión, Luis Enrique García transmitía hasta diez horas sin parar diarias para Raleigh, Orlando y Atlanta.
Hoy tiene un millón de radioescuchas, en un solo programa por semana, con reflexiones e historias sobre la migración de los mexicanos al país que hoy gobierna Trump.
El éxito de Radio Mojarra ha sido tal que ahora sostiene a la emisora. Los paisanos en Estados Unidos de García confían hasta el punto de mandarle dólares para que los reparta en México a quien considere que los necesita.
Porque dos veces al año, García se sube a una van y recorre México. La van está tapizada de logos de sus patrocinantes. Durante esos viajes, Radio Mojarra transmite desde los lugares que recorre, con García a la cabeza. Cuenta historias de sus pobladores, además de entregar a la gente dólares que emigrados mexicanos de esas tierras que visita envían a García.
Como en Sinaloa, a ese trabajador en un cultivo de calabazas, Agustín, a quien entregó 100 dólares (2 mil pesos mexicanos). O esos 700 dólares que el programa recaudó cuando transmitió desde Saltillo, Cohauila, y entregó a personas mayores sin recursos y también a personas sin hogar.
“Hemos llegado a entregar hasta 42,000 dólares”, le dice García a Gardenia Mendoza.
Radiomojarra tiene su propio marketing –camisetas, tasas, gorras–. Luis Enrique García hizo una marca de ropa. Ha invertido en bienes raíces. Ha viajado por 40 países.
“Que me deportaran de Estados Unidos es lo mejor que me ha pasado”.