Ya iba creciendo la lista de republicanos que apoyan a la candidata demócrata, Hillary Clinton, y han declarado que le darán su voto en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Ahora aumenta la de republicanos que quitan el apoyo a la candidatura del abanderado de su propio partido, Donald Trump.
Actualización al 10 de octubre de 2016: El aumento de republicanos que retiró su apoyo a Donald Trump fue estrepitoso este fin de semana, después de que The Washington Post filtrara el viernes un video con una conversación de 2005 en la que Donald Trump decía abiertamente que su condición de “estrella” le permitía abusar sexualmente de las mujeres a placer.
The Guardian actualizó el inventario de republicanos que retiraron su apoyo a la candidatura de Trump: John Thune, senador de South Dakota y tercero al mando entre los republicnos; John McCain, excandidato presidencial y senador de Arizona; Kelly Ayotte, senadora de New Hampshire; Jason Chaffetz, diputado de Utah; Bradley Byrne, diputado de Alabama; Gary Herbert, gobernador de Utah; Dennis Daugaard, gobernador de South Dakota; Joe Heck, diputado de Nevada; Mike Crapo, senador de Idaho; Deb Fischer, diputada de Nebraska; Lisa Murkowski, senadora de Alaska senador; Dan Sullivan, senador de Alaska; Ann Wagner, diputado de Missouri; Brian Sandoval, gobernador de Nevada; Martha Roby, diputada de Alabama; Shelley Moore Capito, senador de West Virginia; Cory Gardner, senador de Colorado; Tom Rooney, diputado de Florida; Frank LoBiondo, diputado de New Jersey; John Boozman, senador de Arkansas; Rodney Davis, diputado de Illinois; Rob Portman, senador de Ohio; Cresent Hardy, diputado de Nevada; Chris Stewart, diputado de Utah; y Jeff Fortenberry, diputado de Nebraska.
Hay que destacar que la llave de Trump para la Vicepresidencia, Mike Pence, gobernador de Indiana, dijo que “no disculpaba” las afirmaciones de Trump en el video y que “no podía defenderlo”. Paul Ryan, portavoz de la Cámara y el más poderoso republicano de Washington, recuerda el diario británico, dijo sentirse “escandalizado” por lo que escuchó y que esperaba que Trump tratara la situación con “la seriedad que merece”. Más tarde, el día después del segundo debate presidencial, anunció un abandono a medias que es más una estrategia para evitar un desangre de votos republicanos y echar el resto para conservar la mayoría de ese partido en las dos cámaras del Congreso: dijo que ya no haría campaña por Trump, pero no dijo que no votaría por él.
Por su parte, The New York Times lleva su propia cuenta: “más de 160 líderes republicanos no apoyarán a Donald Trump”.
Hasta el 22 de septiembre, cuando publicamos esta nota, la lista iba así:
El que más recientemente habría retirado su apoyo fue el ex presidente George H.W. Bush, de acuerdo con Politico. No fue Bush padre directamente quien lo anunció en público, pero se lo dijo Kathleen Harrington Keneddy Townsend, antigua vicegobernadora de Maryland, hija de Robert F. Kennedy. Cuenta Politico que Townsend poste el lunes una foto en su muro de Facebook “al lado del ex presidente, con esta leyenda: ‘El Presidente me dijo que votará por Hillary!!’ “. La publicación la entrevistó vía telefónica y ella les confirmó que se había encontrado con Bush en Maine, “donde, dijo ella, él le dio a conocer que iba a votar por un demócrata”. El portavoz de Bush, Jim McGrath no lo negó precisamente: “El voto del presidente Bush como ciudadano particular […] será eso: un voto privado […]. En el ínterin, él no hará comentarios sobre la competencia por la Presidencia”.
El Mundo recuerda que hay otras figuras”más que simbólicas” entre los republicanos que han decidido apoyar a Clinton. Estos del equipo de George W. Bush (hijo): Paul Wolfowitz, quien fuera subsecretario de Defensa; Carlos Gutiérrez, secretario de Comercio y ex consejero delegado Kellogg’s; Hank Paulson, secretario del Tesoro y ex presidente de Goldman Sachs; Richard Burns, embajador de Estados Unidos en la OTAN; Richard Armitage, ex número dos del Departamento de Estado.
Infobae hizo un inventario de 45 republicanos con Clinton: “En algunos casos, la decisión fue manifestarse en contra del magnate neoyorquino, pero en otros la elección fue más rotunda y extrema: optaron por mostrar su apoyo a la demócrata, en un hecho histórico para la política de Estados Unidos donde importantes miembros de uno de los partidos mayoritarios votarán por el partido rival”. Destaca a Richard Hanna, “el primer congresista republicano en anunciar que votará por Clinton ya que Trump ‘no es apto para servir a nuestro partido y no puede liderar este país’, según dijo”. También a Larry Pressler, senador por Dakota del Sur durante tres periodos; Michael Morell, ex subdirector de Inteligencia; William Milliken, ex gobernador de Michigan; Frank Lavin, director de estrategia de Ronald Reagan; Doug Elmets, vocero de Reagan, quien dijo, según Infobae, que podría vivir “por cuatro años con Hillary como presidente” pero “ni uno sólo con Trump”.
Radio Francia Internacional recuerda otros nombres como el de Michael Bloomberg, tres veces alcalde republicano de Nueva York, quien tomó la palabra en la Convención Demócrata como independiente; y de la donante republicana y presidenta de Hewlett-Packard, Meg Whitman, quien también anunció que contribuir.
“A estas alturas, al Partido Republicano no solo le preocupa perder las elecciones presidenciales sino la mayoría en el Congreso”, dice el artículo de RFI fechado en agosto, mes en el que, por cierto, 123 republicanos firmaron una carta para pedir a su partido “que no ayude a financiar la campaña de Donald Trump”, publicaba Univisión.
“Cada dólar gastado por el Comité Nacional Republicano en la campaña de Donald Trump es un dólar de un donante malgastado en un esfuerzo perdido de una candidatura que ha menoscabado activamente al Partido Republicano en todo momento”, decía la misiva. Entre los firmantes estaban hispanos como Sharon Castillo, asesora de las campañas de Bush hijo y Mitt Romney; Rosario Marín, extesorera durante la gestión del mismo Bush; Rudy Fernández, asistente de la Oficina de Asuntos Intergubernamentales en la misma administración; Danny Vargas, expresamente de la Asamblea Hispana Nacional Republicana; Ricardo Reyes, también del equipo de Bush, pero ahora presidente de la organización Republicanos por Clinton, creada este año.
Esta organización, con las siglas R4C16, se define como “un movimiento de base de personas que han votado por los republicanos, dedicaron su tiempo como voluntarios y sirvieron en gobiernos republicanos“. Y expone una lista de 35 nombres, “expertos en políticas, líderes de negocios y dedicados servidores públicos”.