En 22 años (1990-2012) la mortalidad infantil se ha reducido en un 47% a escala global, un dato que habla de 90 millones de vidas salvadas tras un trabajo sostenido y conjunto entre gobiernos, Unicef y otras agencias de Naciones Unidas, y organizaciones no gubernamentales. A pesar del logro histórico, la pobreza extrema es el escenario en el que 18.000 niños mueren cada día por causas que se pueden evitar, como la neumonía, las diarreas o el sarampión, con medidas como vacunas, medicamentos, acceso al agua potable o el tratamiento contra la desnutrición aguda.
Lea la noticia completa en UNICEF