La resistencia pacífica de los protectores del agua contra el oleoducto DAPL en Dakota del Norte(I)

–Cuando alguien me pregunta sobre el oleoducto: es una de las cientos de cosas contra las que estamos luchando. El área en la que estamos sentadas es lo que en arqueología se llama un multicomponent site,  lo que significa que hay capas y capas y capas de eventos que han ocurrido aquí. Si estás en silencio por la noche, a las 3 o 4 de la mañana, a veces puedes escuchar los silbidos de las águilas, puedes escuchar a la gente murmurando, hablando y rezando. Esos son los ecos de la tierra y, por tanto, los recuerdos siguen aquí. Y cuando lo piensas, desde nuestra visión, el conocimiento sagrado que tenemos, el conocimiento es propiedad (…)–dice Faith Spotted Eagle, sabia de 68 años de los Yankton Sioux, en una conversación con una reportera de CNN. Faith Spotted Eagle vive en una Reserva de Dakota del Sur, y vino hasta el campamento de Oceti Sakowin, en la del norte, “para ayudar a las mujeres a definir sus roles aquí”.

El río es el Missouri, el más largo de América del Norte. En concreto el Cannon Ball, su afluente. Allí, al norte de este río, en Dakota del Norte, está el campamento Oceti Sakowin, un campamento de protesta por la construcción del oleoducto Dakota Access (DAPL) que amenaza estas aguas y afecta tierras sagradas –sitios sagrados de enterramiento: cementerios– de la reserva de Standing Rock de los Sioux. Un campamento de resistencia. Quienes lo levantaron y allí permanecen no se llaman a sí mismos manifestantes, sino protectores del agua. Porque eso contra lo que resisten, el oleoducto Dakota Access, 30 pulgadas de grosor, 12o0 millas de largo (1931 kilómetros), valor monetario estimado en 3 mil 700 millones de dólares –en cuya empresa, la Energy Transfer, además, se supo recientemente, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, tiene acciones–, prevé transportar 570.000 barriles de petróleo al día desde el noroeste de Dakota del Norte, atravesando Iowa y un trozo de Illinois, hasta el golfo de México. Por debajo del río, la fuente vital de agua de la Reserva Standing Rock de los Sioux

Uno de los principales temores es que la “serpiente negra” –como vieron que es el oleoducto en una de sus profecías– envenene el agua si hubiera un derrame.

“No es solo la tierra sagrada la que está en juego –es también el agua–. El río Missouri y todos sus afluentes, incluido el río Cannon Ball, que fluye alrededor de los campos, son sagrados”, escribe Jessica Ravitz, la reportera de CNN . Faith Spotted Eagle le explica que el agua “es la primera medicina”, que nos sostiene en el útero de la madre, que se usa en las ceremonias para sanar a la gente. Por ejemplo, en el ritual del sudor (sweat lodge), agrega, el vapor que se emite purifica. “El agua puede limpiar el espíritu cuando sangra. Puede calmar a una persona y restaurar el equilibrio”.

Water is life (el agua es vida) es una de las consignas de los protectores del agua; en lakota, Mni Wiconi.

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Las protestas por la construcción de este oleoducto comenzaron minoritarias en 2014, se agudizaron en abril de este año y entre agosto y septiembre se convirtieron en permanentes: el campamento. La empresa privada de energía de Texas, Energy Transfer Partner, comenzó a construir el oleoducto, con los permisos otorgados por las autoridades, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos.  “Los líderes de la tribu dicen también que la decisión inicial del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos de permitir que el oleoducto funcione a media milla de la reserva local fue hecha sin consultar a los gobiernos tribales y sin estudios exhaustivos de los impactos. Esto significa, dice la tribu, que el proyecto viola la ley federal y tratados de los nativos con el gobierno de Estados Unidos”, explica un artículo de The Guardian firmado por Sam Levin.

El campamento está localizado en una zona de la competencia del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, al norte de la Reserva Standing Rock.

El viernes 25 de noviembre, David Archambauld, el presidente tribal de los Standing Rock Sioux, recibió una carta del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos, que dice que todos los territorios al norte del río Cannon Ball serán cerrados el 5 de diciembre, por “asuntos de seguridad”. Eso incluye el campamento. “Esta decisión es necesaria para proteger al público general de las confrontaciones violentas entre manifestantes y el orden público” y para “prevenir muerte, enfermedad, o daños severos a los habitantes del campamento debido a las duras condiciones climáticas de North Dakota”, se lee en la misiva.

La carta, rubricada por el coronel John Henderson, dice que el Cuerpo ha creado una zona “de libre expresión” al sur del río Cannonball “para protestar pacíficamente el Dakota Access Pipeline”, porque, afirman, es un “área más sostenible” para que los visitantes enfrenten “las duras condiciones del clima”. Y le pide a Archambauld que “anime a los miembros y no miembros de la tribu a que se muden inmediata y pacíficamente a esa zona de libre expresión” al sur del río, o “a una locación más sostenible para el invierno”

“Todos quienes estén en esa tierra después del 5 de diciembre serán considerados sus invasores y podrán estar sujetos a juicios según las leyes federales, locales y estatales”, cita la cadena CBS a su afiliada KXMB, que obtuvo la carta.

El campamento Osceti Sakowi emitió un comunicado dos días después: “La carta demuestra que el Cuerpo se está moviendo en nombre de la compañía petrolera y a favor del beneficio por encima de la gente”.

“Durante mucho tiempo los habitantes de este país han escogido movilizarse detrás de la palabra ‘libertad’ mientras cercan parcelas de tierra, levantan muros –en un intento por reducir los derechos de los tratados prometidos en tierra sagrada–. Estados Unidos, es tiempo no solo de ser testigos de la la destrucción del acuerdo federal entre el gobierno federal de Estados Unidos y de la Gran Nación Sioux, sino de actuar en defensa [de este tratado]. Es tiempo de defender nuestros derechos civiles, nuestro derecho a practicar la religión y reunirnos pacíficamente (…)”, añade el comunicado.

Y continúa: “La espiritualidad no se puede enjaular. La expresión no se puede compartimentos en un área particular. El Cuerpo del Ejército está asumiendo la posición de la ‘seguridad pública’ (…) No se hace mención del uso inhumano de agentes químicos, o el uso de proyectiles a corta distancia. Henderson  dice que les preocupan ‘las duras condiciones del invierno de North Dakota’, lo cual es indignante después del uso deliberado de cañones de agua por aproximadamente nueve horas sobre los protectores del agua reunidos pacíficamente el pasado domingo 20 de noviembre, en temperaturas bajo cero, causando hipotermia para cientos de personas, además de lesiones graves de armas de proyectiles, contusiones con granadas y contaminación con varios químicos”.

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Porque, en efecto, cinco días antes de la carta enviada por el Cuerpo, en una de las acciones de protestas del campamento, que muchos medios describen como “choque entre sus ocupantes y la policía”, los agentes de orden público de Dakota del Norte les lanzaron bombas lacrimógenas, gas pimienta, balas de goma y cañones de agua a los manifestantes, a temperaturas que bajaban de los cinco grados bajo cero. Unas 300 personas, entre indígenas y miembros no nativos del campamento,  que han estado allí durante meses, resultaron heridos. Los eventos duraron 10 horas, según The Huffington Post. 26 de ellos fueron trasladados a los hospitales “con heridas severas en la cabeza y extremidades, traumatismos en los ojos, hemorragias internas e hipotermia”.

“Vi hielo formarse en los cuerpos y en la ropa de la gente. Estaban rociando a la gente directamente en la cara y el cuerpo. (…) Algo nunca visto”, contó a TYT Politics Vanessa Red Bull, médico de la nación Cherokee instalada en el campamento . Los químicos (gas pimienta y gas lacrimógeno) y el agua juntos es una combinación muy peligrosa: causan neumonía, bronquitis y pueden causar hasta la muerte, agregó.

La joven Sofía Wilanksy, que había llegado al campamento hace semanas procedente de Nueva York, fue sometida a varias cirugías porque una granada le impactó en un brazo, y está en riesgo de perder movilidad en un brazo, contó su padre.

Otros medios reportan que un policía también resultó herido.

“Están tratando de causar una guerra con nosotros, pero no vamos a involucrarnos en esa guerra. Mientras más agresivos se vuelven, más gente viene, más apoyo recibimos. Esto no es nada nuevo para nosotros. Hemos enfrentado la opresión casi todas nuestras vidas. Somos buena gente enfrentando malas situaciones y estamos acostumbrados a ello. (…) Esta tierra no nos pertenece, pertenece a nuestro futuro”, expresó la médico Vaneesa Red Bull.

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Apenas ocurrió la represión policial, el presidente tribal David Archambault llamó al presidente Obama a detener la construcción del oleoducto, según ABC News. Y tras recibir la carta de Henderson, agregó: “Aunque la noticia nos entristece, no nos sorprende, dado cómo han tratado a nuestra gente durante los últimos 500 años. Hemos sufrido mucho, pero todavía tenemos esperanza de que el Presidente [Obama] actúe en su compromiso de cerrar el capítulo de las promesas rotas a nuestra gente, en especial a nuestros niños’.

Un artículo de The Huffington Post, firmado por Laura Basset, informó que Frank Sanchez, delegado de la tribu Yankton Sioux, está en Washington DC, “haciendo lobby en el gobierno federal, en nombre de todas las tribus Sioux”. Porque Sanchez, dice la publicación, es un descendiente directo del hombre que firmó el tratado de 1851, el Tratado de Fort Laramie, “en el que el gobierno de Estados Unidos cedía porciones de cinco estados a los Sioux y acordaron normas estrictas para evitar que personas ajenas accedieran al territorio Sioux. Pero el Congreso rompió pronto su parte de la oferta confiscando los Black Hills de Dakota del Sur en 1877, cuando descubrieron oro allí –y las apropiaciones de la tierra por parte del gobierno han continuado”.

El comunicado del campamento Oceti Sakowin dice que no confían en las palabras del Cuerpo del Ejército, porque han ignorado “flagrantemente” esa violaciones de “derechos civiles y humanos”, y han ignorado los tratados y leyes de estas tierras y el derecho que les corresponde. Por eso llaman a “un cese inmediato” de las violaciones de derechos humanos por parte del orden público, conminan al coronel Henderson y las autoridades a reexaminar el artículo 5 del tratado de 1851 y el artículo VI de la Constitución de Estados Unidos, y piden una “orden de alejamiento inmediata” para el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, el estado de Dakota del Norte y los empleados del Dakota Access Pipeline, a la espera de “nuestra próxima demanda y nuestra búsqueda de protección federal inmediata para este caso”, y en nombre “de nuestra tranquila y pacífica ocupación de esta tierra según el tratado de 1851”.

Y recuerda el comunicado que el presidente Barack Obama “permanece callado” a pesar de que ganó su puesto “con una campaña basada en la esperanza”.

 

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“A pesar de las protestas, la construcción del oleoducto está completa hasta el 75%”, recuerda un artículo de Vox.com. Solo falta montarse el cruce del Lake Oahe, recuerda la nota de John Paul Brammer.

De acuerdo con una nota de Univisión, alimentada por la agencia EFE, el presidente Obama admitió a principios de noviembre que el gobierno estudiaba “cambios en el trazado del oleoducto”.

” ‘Mi punto de vista es que existe una forma de acomodar las tierras sagradas de los indígenas y creo que en este momento el Cuerpo de (Ingenieros) del Ejército está examinando si hay maneras de reorientar el oleoducto”, afirmó Obama en su primera mención al Dakota Access en una entrevista con NowThis News (…) Obama, sin embargo, se mostró partidario de esperar ‘varias semanas más’ para que la compañía que lidera el proyecto y los indígenas de la reserva Standing Rock traten de llegar a un acuerdo antes de valorar una intervención del Gobierno”.

En la carta enviada por el Cuerpo a los Sioux no parece haber señales de esta revisión, a pesar de que el gobierno de Obama rechazó la construcción de otro oleoducto recientemente el Keystone XL en las tierras de los Blackfeet, al norte del estado de Montana, en el noroeste del país.

Tampoco hay señales hasta ahora de que se detenga la construcción del Dakota Access Pipeline. Esta misma semana se supo que Donald Trump tiene acciones en la compañía Energy Transfer, la que construye tal oleoducto. Según un despacho de Associated Press, “Trump poseía una participación de entre 15.000 y 50.000 dólares en la empresa Energy Transfer Partners, afincada en Texas, según documentos federales de 2016. Un año antes tenía entre 500.000 y un millón de dólares. El empresario tiene también entre 100.000 y 250.000 dólares en Phillips 66, que a su vez tiene un 25% de participación en Dakota Access”.

“Aunque la participación de Trump en la empresa de oleoductos es modesta con respecto a sus otros bienes, expertos en ética dicen que está entre las docenas de posibles conflictos de interés que podría evitar colocando sus inversiones en un fondo ciego, una medida a la que el republicano se resiste”, añade el texto.

Otra nota de Univisión apunta que hay otros intereses, que además tienen a “dos posibles candidatos al puesto de secretario de Energía”, que recibirían beneficios del oleoducto. “El multimillonario del petróleo Harold Hamm podría utilizar la infraestructura para productos de su empresa, Continental Resources, y el exgobernador de Texas Rick Perry forma parte de la junta directiva de Energy Transfer Partners”.

“Kelcy Warren, director general de Energy Transfer, con sede en Dallas, dijo a la AP que prevé que Trump le facilite a su compañía, y a otras involucradas, la terminación de proyectos de infraestructura”, añade Associated Press.

El artículo de Univisión recuerda que ya el gobernador republicano de North Dakota, Jack Dalrymple, y el senador John Hoeven y el representante Kevin Cramer, todos republicanos, “exhortaron al presidente Obama” a que autorice al Cuerpo de Ingenieros del Ejército a aprobar el último segmento que falta para terminarlo.

De hecho, el 28 de noviembre por la tarde se supo que Dalrymple ordenó “la inmediata evacuación” del campamento, con los mismos argumentos del Cuerpo de Ingenieros del Ejército: las duras condiciones del clima. El gobernador dio, además, la orden adicional de prohibir el regreso a la zona si se evacúa. Pero según The Guardian, la vocera del departamento de servicios de emergencia de Dakota del Norte, Cecily Fong, dijo que “no usaremos el orden público o la guardia nacional para ejecutar esa orden”.

“El invierno es algo normal para nosotros. La gente está preparada y está lista”, agregó en la misma nota Ladonna Bravebull Allard, una Sioux de la Reserva Standing Rock. “No nos vamos. Permanecemos. Pregúntale a cada abuela que permanece aquí”, dijo.

Uno de los ocupantes del campamento aseguró algo parecido días antes, tras recibir la carta del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, según NBC News, que no se irán de allí: “Somos guardianes de esta tierra. Esta es nuestra tierra y no nos podrán sacar. Tenemos todo el derecho de estar aquí para proteger nuestra tierra y proteger el agua”, dijo Isaac Weston, Oglala Sioux de Dakota del Sur.

Y el comunicado del campamento concluyó: “Ya se ha pasado el tiempo de honrar los juramentos de la estructura de estas tierras. Como humanos debemos escoger vivir por nuestras palabras en la verdad, en vez de continuar escondiéndonos detrás de ellas y de vivir en las mentiras que se han convertido en norma”.

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–¿Cómo describe lo que está ocurriendo ahora?–pregunta la reportera de CNN a Faith Spotted Eagle.

–Creo que esto es el renacimiento de una nación y creo que toda esta gente joven sueña que un día vivirán en un campamento como este, porque antes escucharon historias de los mayores sobre la gente viviendo al lado del río; escuchan historias sobre las fogatas y las naciones de los caballos (horse nations), están viviendo el sueño. Esta es una batalla que no va a parar. La resistencia se demuestra con el hecho de estar vivos, porque si miras el genocidio que han hecho a nuestra gente, se supone que no deberíamos estar aquí. Siempre hemos resistido, siempre hemos estado oprimidos. No importa lo que hagan, no importa lo que nos haga el oleoducto, en algún momento en el futuro estás oraciones asumirán el poder y el oleoducto será destruido

 

Imagen principal: Tom Jefferson, puesta a disposición por Oceti Sakowin Camp

Imagen secundaria: Redhwak, puesta a disposición por Oceti Sakowin Camp