A ver, quizás deba empezar por aquí: ¿Han visto la nueva serie de Fox Almost Human? Es quizás las más audaz producción de ciencia ficción, o más precisamente, de ciencia posible de la TV del momento.
En realidad explora un viejo problema: el debate moderno de Frankestein, del hombre acosado por su creación, por el poder de su tecnología. Es también un entretenido triller policial. Habla de la relación entre un policía que despierta en una sala de operación con su pierna amputada y sustituida por una prótesis electrónica que responde mucho mejor, con más eficiencia y poder que su pierna original (claro, para los que disfrutamos en la infancia del “Hombre Nuclear” o The Six Million Dollar Man, esto puede que no suene a innovación) y que pasa a trabajar con un robot que ha sido descontinuado por ser demasiado empático, demasiado humano (de nuevo dirán “ninguna novedad”, sobretodo aquelos que disfrutaron de Yo Robot o, más atrás en el tiempo, de “Perdidos en el Espacio”).
La novedad está en que casi todos los elementos que parecen futuristas o no lo son del todo o lo serán sólo a muy corto plazo pues todas las tecnologías exhibidas están ahora en desarrollo.
No pude evitar recordar esta serie y asociarla con el Simposio de Ciencia de Ropa Inteligente en el que escuché hablar a Babak Parviz, un destacado inventor y académico de la Universidad de Washington.
Parviz es el creador nada más y nada menos que del Google Glass, el dispositivo de manos libres que se activa mediante la voz y que mezcla la funcionalidad de un teléfono inteligente en un par de lentes.
“Nuestro objetivo es acelerar la velocidad de Glass hasta que pueda recuperar información a la velocidad del pensamiento mismo. El usuario podrá preguntarle algo a Glass, pero recibirá la respuesta tan rápidamente que tendrá la sensación de que ya lo sabía”, dijo Parviz en el simposium celebrado en el Intistuto Radcliffe el viernes pasado.
Por supuesto aún Google Glass es un prototipo en proceso de fabricación y se ha anunciado pero aún no se ha lanzado comercialmente, y su velocidad por las pruebas realizadas es muy alta, pero no está aún en el nivel que su creador aspira.
Esto por supuesto tendrá consecuencias enormes para prácticamente todos los espacios de la vida y cabrá algún día preguntarnos qué es lo que realmente sabemos o qué vale la pena saber si igual podemos vestir esa prótesis de nuestra mente, de nuestra memoria que puede terminar siendo google glass.
Expertos en biología, medicina, diseño, ingeniería ciencia de los materiales y nanotecnología están trabajando en forma combinada para desarrollar nuevos materiales que no sólo vestirán a la gente, sino que les darán ventajas. La ropa siempre ha servido para mejorar nuestra vida y protegernos, pero esto va mucho más allá de simplemente un abrigo o una presencia más atractiva frente a nuestros pares.
Además de Google, otros que tienen motivos, dinero y la tecnología para innovar en este campo son los militares. La Oficina de Ciencia de la Defensa de Estados Unidos, DARPA, acaba de lanzar el programa Warrior Web, con el cual espera desarrollar un traje que dará soporte a los músculos, tendones y ligamentos, el tejido suave que es el que más sufre en campaña o situaciones de combate.
En los próximos meses, la tecnología que está siendo desarrollada en varios laboratorios y universidades de Estados Unidos separadamente, será integrada y probada en soldados hasta crear un nuevo traje para los militares estadounidenses.
DARPA también está desarrollando avances sorprendentes en robótica. Uno que vale la pensa mencionar es un robot de cuatro patas que responde a comandos de voz y puede acompañar a su operador por los terrenos más difíciles ayudándole a cargar equipos pesados y asistiéndole a lo largo del camino.
Karen Gleason del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) está desarrollando una técnica química que le permite aplicar un vapor que genera una fina película invisible sobre telas, vidrio o papel haciendo de estos materiales células fotovoltaicas es decir, capaces de cargarse con la luz solar y generar energía. Una tecnología de la que había tenido noticias gracias a una conversación con el presidente del MIT, el venezolano Rafael Reif, pero que está más avanzada de lo que cabía imaginar.
Imagínense todo el universo de innovaciones que esto puede abrir. La ropa que vestimos y los objetos que usamos en nuestra vida cotidiana, se podrán cargar autónomamente y producir energía para su funcionamiento o para otros usos sin tener que llevar una pesada batería o panel solar.
Si, se abren las puertas a infinidad de nuevas innovaciones que apenas imaginamos, pero también a nuevos problemas políticos y económicos, conflictos éticos que, de solo pensarlos ponen los pelos de punta.
Seguiré viendo Almost Human y les contaré procurando no dañarles el final.
ROGER SANTODOMINGO | @CodigoRoger