La narrativa de Trump en la campaña electoral ha resonado y sorprendido porque resulta inexplicable qué lo ha llevado a serabanderado del partido republicano, ¡el mismo que fundó Abraham Lincoln!, hoy en el trágicopredicamento que lo expone junto a una candidatura excluyente, hostil, xenofóbica, divisionista y falaz.
Y es que el discurso de Trump constituye una herramienta de movilización que apela a bajos sentimientos y falacias, proferidas paramovilizar a un extremo de la sociedad; y resuena en otros, porque se apoya en falsos supuestos cultivados por el propio partido republicano en los últimos años de obstruccionismo al presidente Obama. A veces escuchamos a Trump frases idénticas a las que repitieron como loros distintos voceros del extremismo republicano (incluyendo al mismo Cruz), solo que Trump lo hace de forma más estridente, amarillista, irresponsable… Atributos que por extravagantes dan rating en TV.
Pensemos en una de esas falacias de Trump: el asunto migratorio en los Estados Unidos.
Esta semana, en los “Latino Talks” del Latino Victory Project, organización para el empoderamiento de los hispano-estadounidenses, cuya junta directiva nos ha tocado presidir estos dos últimos años, afloró esta cuestión (entre otros tópicos vitales de los paneles magistralmente moderados por el líder demócrata Henry Muñoz y la actriz y activista Eva Longoria). En este evento resonaron voces como las de Fher y Alex de Maná; el chef y emprendedor de origen español, José Andrés; Diane Guerrero, activista, escritora y protagonista de la famosa serie “Orange is the new Black”, quien representa la excelencia hispana en su campo, luego de pasar por la terrible adversidad que supuso verse separada de sus padres, cuando tenía 14 años,como resultado de una injusta deportación; el venezolano Horacio Gutiérrez, quien ha llegado a las más altas posiciones que puede aspirarse en el mundo corporativo multinacional de los EEUU (primero como consultor jurídico Global de Microsoft, y ahora de Spotify); la reconocida activista de derechos sociales y cambio climático, Sky Gallegos; y la vocera de la Ciudad de Nueva York, la líder boricua Melissa Mark-Viverito.
Al escucharlos y sintetizar sus perspectivas se comprueban hechos de relevancia que echan por tierra la falacia con la que Trump manipula audiencias, sembrando odio y división. Para eso están los datos del Pew Research Center (institución no gubernamental de mayor prestigio por su rigor estadístico e imparcialidad política), según el cual, primero, el flujo de inmigrantes mexicanos y centroamericanos sin documentación hacia los EEUU es inferior al de mexicanos en esa misma situación que han regresado a México. Desde la crisis económica del 2008, y dados los avances económicos y sociales en México, se puede afirmar categóricamente que la inmigración de indocumentados desde el país azteca viene en tendencia decreciente.
Segundo: Durante los últimos 8 años, el gobierno de EEUU ha llevado a cabo un récord de deportaciones, enfocándose exclusivamente en aquellas personas a las que no aplica ninguno de los beneficios migratorios o humanitarios que ha decretado el Presidente Obama.
Tercero: Las órdenes ejecutivas humanitarias del Presidente, (DACA y DAPA), se enfocan en dos supuestos, a saber, primero los llamados “dreamers” (jóvenes soñadores); y en segundo lugar, en las familias donde alguno de cuyos miembros consanguíneos inmediatos(hijos, hermanos) son americanos por nacimiento. En alguno de estos dos grupos se encuentran los casi 12 millones de “americanos sin documentos” que hacen vida honesta, de trabajo y estudio, en los Estados Unidos.
Cuarto: Las estadísticas del Departamento de Justicia revelan que, entre los distintos grupos étnicos, los hispanos son los que tienen menor propensión a los delitos violentos o contra las personas (y es también el grupo con más baja propensión a cometer violaciones), siendo el caso que la mayor parte de las detenciones tienen que ver con su situación migratoria, es decir, infracción de tránsito o falta que concluye en detención o encarcelamiento al quedar expuesto el problema migratorio que aqueja al implicado).
Quinto: Los más desgarradores datos sobre nueva inmigración indocumentada revelan que el problema se concentra en un grupo: los menores migrantes que vienen de Centroamérica. Niños y jóvenes cuyos padres los estimulan al encuentro con algún familiar residente en Estados Unidos para evitar que sean víctimas de la violencia de los carteles, o lo que es igualmente grave, terminen reclutados y al servicio del crimen organizado o las bandas violentas que azotan a esos países. Es una realidad aterradora, no se trata de movimientos migratorios por razones económicas. Es peor: constituyen un drama verdaderamente humanitario en el cual EEUU tiene una responsabilidad ineludible, sencillamente porque esos carteles de la droga y esa violencia que expulsa a la gente fuera de su país tiene su origen en el consumo de droga en Estados Unidos, incluida la marihuana, que ya es de consumo legal en varios estados de la Unión.
Sexto: Los hispanos figuran como una las primeras fuerzas emprendedoras de nuevos pequeños y medianos negocios en EEUU, representando el 28% de los nuevos emprendimientos, según las cifras del Censo y otras fuentes oficiales.
En consecuencia, el problema migratorio en los EEUU es hoy día básicamente un asunto de derechos humanos. Sencillamente, se trata de entregar documentación y abrir camino a la ciudadanía a 12 millones de familias trabajadoras y estudiantes de buena voluntad, quienes son, en los hechos, americanos sin documentos, reconociéndoles el derecho humano a una identidad nacional. Y se trata también de mantener familias unidas, porque no es humanitario y sería violatorio de los tratados de derechos humanos de los cuales EEUU es firmante, separar a menores de sus padres, o forzarlos a vivir fuera de su país de origen en estas circunstancias. Y, finalmente, se trata de un contingente humano mayoritariamente emprendedor, trabajador, honesto y respetuoso de las leyes. Que ama y aspira a seguir contribuyendo a la nación de la que se sienten absolutamente parte.
No existe entonces un problema migratorio en los términos que lo plantea Trump, quien en ese campo miente y manipula.
Por el contrario, como decía con su contagiosa energía positiva el emprendedor y chef José Andrés, en los “Latino Talks” del Latino Victory Project esta semana: “¡los inmigrantes no son el problema, son parte de la solución!”
A diferencia de Trump, quien lejos de ser la solución del partido republicano, es un gran problema del que no vemos cómo van a salir.
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