Latinas en Estados Unidos y emprendedoras en América Latina están todavía en mucha desventaja frente a los hombres en el trabajo y en los negocios

Esta semana que terminan se juntaron dos efemérides que pusieron de relieve reivindicaciones aún no contestadas para las hispanas en Estados Unidos y las mujeres en Latinoamérica. El día mundial de la mujer emprendedora y, en Estados Unidos, el Latina Equal Pay Day (el día del pago equitativo para las latinas) nos recordaron que las mujeres están todavía en desventaja con respecto a los hombres en sus lugares de trabajo y a la hora de emprender con un negocio propio.

Empleadas

La campaña #LatinaEqualPayDay tuvo lugar el 20 de noviembre. Hasta ese día, las mujeres latinas en Estados Unidos tuvieron que trabajar todos los once meses de 2019 y todo el año anterior para ponerse al día con lo que los hombres anglosajones ganaron solo en 2018.

Trasladando a este año ese dato de un estudio de Economic Policy Institute, las organizaciones Survey Monkey, LeanIn.org y Unidos.Us presentaron el informe que realizaron en conjunto y que dio sustento a la campaña de este año.

Survey Monkey es una encuestadora; Lean In defiende la igualdad y la inclusión de las mujeres, sobre todo en el ámbito laboral; y Unidos.us asiste a la comunidad hispana en Estados Unidos en derechos civiles y compromiso cívico, inmigración, fuerza laboral, educación, economía salud y vivienda. Según el reporte de estas tres organizaciones, en promedio, a las mujeres hispanas en Estados Unidos les pagaron 45,5% menos (54.47 centavos por cada dólar) que a los hombres blancos y 31% menos que a las mujeres blancas. Para llegar a estos datos, Lean In se basó en un estudio del Institute for Women Policy Research.

“Sin importar el tipo de trabajo, donde viven o cuánta educación o experiencia tienen, a las latinas aún les pagan menos que a los hombres blancos”, dice la presentación del informe.

Según Unidos.Us, hay alrededor de 11 millones de latinas trabajadoras en Estados Unidos.

La brecha en el pago es mayor (37%), dice el estudio de las tres organizaciones, cuando las mujeres tienen un nivel educativo más alto.

Por otra parte, la data también indica que por cada 100 hombres a quienes ascienden a cargos gerenciales, solo ascienden 68 mujeres hispanas.

“A pesar de que han entrado a la fuerza laboral con números récord y hacen una contribución a sus familias, comunidades y la economía nacional, las latinas todavía soportan el peso del pago desigual y un acceso limitado al pago de permisos por enfermedad y permisos por asuntos familiares y médicos, además de discriminación”, dice Janet Murguía, presidenta de Unidos.Us.

“Y no es porque las latinas no estén haciendo lo que corresponde. Piden más ascensos y aumentos salariales que los hombres anglosajones, pero obtienen peores resultados”, agrega el informe publicado en la página de Lean In.

Entre el 25 y el 29 de octubre de este año, Survey Monkey y Lean In hicieron una encuesta a 5 mil 960 adultos viviendo en Estados Unidos que encontró que una de cada tres de las personas consultadas no son conscientes de esta brecha salarial entre las mujeres latinas y los hombres anglosajones.

“Las latinas saben lo que necesitan y su voz es clara sobre la importancia de políticas sólidas que las ayuden a cerrar la brecha salarial. Para terminar con la falta de conciencia hay que comenzar escuchando a las latinas y a otras mujeres, y apoyar políticas que recompensen el trabajo duro, expandan la seguridad económica y ayuden a reforzar la economía nacional”, comentó Janet Murguía.

Emprendedoras

Por otra parte el último informe sobre el Estado del Emprendimiento Latino que desde 2015 elabora la Universidad de Stanford, indica que las mujeres latinas son propietarias del 25% de los negocios llevados por hispanos, con un crecimiento anual de 10%, 4% más que los negocios dirigidos por hombres latinos. Las compañías de mujeres hispanas generan 66 mil millones de dólares en ventas anuales y emplean a 600 mil personas.

Sin embargo, cuando se miran los detalles comparativos por género, se encuentra que los hombres latinos tienen más probabilidades de ser los dueños de compañías grandes que las mujeres (12% versus 4%); es más probable que las mujeres tengan microempresas (64% versus 36%) y que los hombres reciban certificaciones por sus negocios (24% versus 19%).

Las diferencias mayores aparecen, según el informe, cuando se miran las rentas, beneficios e ingresos personales de unas y otros. “Los hombres generan tres veces más rentas de sus negocios, casi dos veces más de beneficios y más del doble en ingresos personales” que las mujeres latinas propietarias de negocios.

En Latinoamérica y el Caribe, escribe Irene Arias, gerente general del BID Lab, el laboratorio de innovación del Banco Interamericano de Desarrollo, “solo el 1% de las mujeres emprendedoras tienen acceso a inversores ángeles, capital semilla y fondos de capital de riesgo, las tres fuentes de financiación que pueden permitir que una idea empresarial se convierta en realidad. En contraste un 7% de hombres consiguen este tipo de capital”.

La conciliación entre la vida familiar y personal sigue siendo una tarea pendiente para que las mujeres tengan una posición de mayor liderazgo en el emprendimiento. Según Arias, las mujeres en la región no solo son propensas a financiar sus startups con recursos personales y de su entorno más cercano, frente a los hombres, que tienen acceso a “fuentes más diversas”, sino que ellas tienen más impedimentos para dedicar tiempo a su negocio “por el cuidado de la familia y las tareas del hogar”. Los hombres, por el contrario, tienen más facilidad para dedicarse a tiempo completo “a construir las redes de contactos necesarias para sacar adelante su proyecto”.

“Si queremos cambiar las estadísticas es necesario aumentar y diversificar el acceso femenino a las fuentes de financiación, promoviendo no únicamente la búsqueda de capital financiero, sino de capital inteligente, y una mayor confianza en mentores, en inversores privados y en redes empresariales. Las emprendedoras deben, asimismo, exponerse más a entornos académicos y experiencias internacionales que podrían marcar la diferencia en la tasa de crecimiento de sus negocios y en su capacidad para crear conexiones de calidad”, propone Arias.

Imagen: Tumisu/Pixabay