Más de 177.000 estufas conforman el parque de calefactores a leña de la Región Metropolitana de Santiago de Chile. Por sí solos, estos artefactos emiten 2.186 toneladas anuales de material particulado contaminante fino, el que más daña la salud humana porque penetra los alveolos pulmonares y llega al torrente sanguíneo llegando a provocar, incluso, la muerte. Las emisiones provenientes del quemado de leña representan el 48% de las 4.599 toneladas anuales que emiten todas las fuentes cada año en Santiago. Si en la ecuación se suma el transporte, que genera 1.494 toneladas de MP 2,5 al año (32% del total), en conjunto conforman el 80% de los contaminantes atmosféricos de la capital chilena. Según un estudio de la Universidad de Santiago de Chile, los 1,3 millones de automóviles en conjunto emiten tanto como los camiones (55.198) y los buses (6.300). “Son 50 veces más vehículos menores, por eso hay que desincentivarlos e implementar buses eléctricos, trolebuses o líneas de taxis eléctricos. Respecto de la leña, el material particulado que emite es gigantesco comparado con otras fuentes. Hay que promover otros combustibles y crear incentivos”, especifica.
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