Investigadores de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, ha conseguido un biocombustible denominado isobutanol tras asociar el hongo T. reesei y la bacteria E. coli., que coincide con las propiedades de la gasolina mejor que el etanol y se podría utilizar para generar otros productos químicos valiosos, como los plásticos. El equipo utilizó tallos y hojas de maíz, pero podría procesar otros subproductos de residuos agrícolas y forestales.
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