Una casa abandonada en medio de una playa, bajo la luz que ilumina un monumento emblemático de una ciudad, en un jardín escondido, todo es posible. Cualquier lugar puede ser el escogido para convertirse en un restaurante pop-up o supper clubs.
Este tipo de restaurante utilizan su lugar de establecimiento para captar la atención de los clientes. Así se puede devolver a los espacios olvidados la vida que en otra época tuvieron.
Son reciclables, innovadores y su precio es bajo. Su permanencia es reducida y esto hace que los clientes se deban dar prisa para vivir tal experiencia porque si no se quedarán sin ella. Por ello es muy importante la acción en redes sociales.
La cocina suele ser presidida por chefs de cierta relevancia o jóvenes que aprovechan lo alternativo de la ocasión para presentar innovadores platos. Aunque también los cocineros jóvenes aprovechan para darse a conocer.
Su origen se encuentra en Estados Unidos y Londres en el 2006 pero desde el 2010 se ha expandido por todo el mundo.
En Berlín se encuentra el Speinsenklub Neukölln dirigido por dos hermanas que todos los domingos del mes organizan una cena temática para cerca de 30 comensales.
The Cube con vistas al Duomo de Milán o al Big Ben de Londres es un restaurante que puede presumir por ser impulsado por la marca de electrodomésticos Electrolux y por contar con los mejores chefs con una estrella Michelin.
En España se han producido pocos eventos. El primero en Barcelona el día de San Valentín, se celebró el evento Titanic, en donde se podía disfrutar de una bonita velada simulando el famoso barco.
En Madrid la empresa Menudavida Organic Food ha llevado a cabo varias experiencias pop up con una carta variada, pero bajo un alto grado de secretismo, como es habitual en estos restaurantes.
La pregunta es: ¿Está asegurada la seguridad e higiene alimentaria? ¿Qué pasaría si te pones enfermo? En bastantes lugares no entregan factura y si te la dan y quieres reclamar el mal estado de los alimentos puede que el restaurante haya desaparecido, por su duración eventual.
Normalmente los restaurantes efímeros bien organizados cuentan con seguros que rigen la ley, pero no todos, así que hay que estar muy pendientes de este tipo de detalles. A pesar de esto no van a pasar desapercibidos.
Fuente: El Economista