Con la reciente votación en el senado estadounidense a favor de la Ley de Respeto al Matrimonio, la discusión sobre las uniones igualitarias está nuevamente en la agenda pública.
Un aspecto poco considerado del asunto, es el hecho de que el blindaje legal de estos hogares es un incentivo para que construyan patrimonio, y puedan contribuir de manera más potente a la economía del país al adquirir los numerosos bienes necesarios para constituir una familia.
Lisa Sturtevant escribe en virginiarealtors.org que, en 2021, casi el 6% de los estadounidenses se identifican como lesbianas, gays, bisexuales, transexuales o queer, lo que supone un aumento del 60% respecto a la cifra de hace cinco años. El 9% de los Millennials y el 16% de la Generación Z se autoperciben como distintos a la heterosexualidad.
Agrega que, aunque la comunidad sexodiversa constituye una parte relativamente pequeña de la población, son consumidores tremendamente importantes, con un poder adquisitivo estimado en 1 billón de dólares.
La Federal Home Loan Mortgage Corporation o Corporación Federal de Préstamos Hipotecarios, conocida como Freddie Mac, compartió en 2018 una investigación con respecto a las tasas y tendencias de propiedad de vivienda LGBTIQ+.
La encuesta destacó que tres cuartas partes de los inquilinos de ese grupo estuvieron de acuerdo en que ser propietario es una buena inversión financiera, y el 72% de ellos dijeron que quieren ser dueños de una casa en el futuro.
La asequibilidad, la seguridad y la posesión de una vivienda como parte del sueño americano se citaron como factores impulsores, según declaración de Danny Gardner,
Vicepresidente Senior de Préstamos Asequibles para Familias y Acceso al Crédito en Freddie Mac.
En apoyo de los principios de igualdad de oportunidades y no discriminación, esta organización también actualizó el lenguaje de su Guía del Vendedor/Servidor de Vivienda Unifamiliar para reflejar la protección contra la discriminación basada en orientación sexual e identidad de género.
Según la Asociación Nacional de Profesionales Inmobiliarios Gays y Lesbianas, se espera que la propiedad de viviendas por parte de esta comunidad aumente significativamente en los próximos 10 años.
Una proporción creciente de compradores sexodiversos están casados y tienen hijos. Las parejas casadas representaron el 39% de los compradores y vendedores de este grupo, mientras que el 21% de las transacciones fueron realizadas por una pareja no casada, el 22% por un hombre soltero y el 15% por una mujer soltera. El 17% de los compradores LGBTIQ+ tienen hijos en el hogar.
Dos ingresos, cero hijos
“Doble ingreso, sin hijos” (DINK) se refiere a un hogar donde hay dos ingresos y no existen hijos. Las parejas que viven en un hogar DINK suelen tener más ingresos disponibles, porque no tienen los gastos añadidos que conlleva la paternidad.
Por eso, disponen de recursos para gastar en automóviles, ropa, comida u otros artículos. Tienen posibilidad de ahorrar dinero al vivir en una casa más pequeña, oportunidad de ahorrar e invertir los ingresos extra.
También se permiten comprar una casa o un apartamento más costoso, o incluso una propiedad de vacaciones. Todo esto los hace más apetecibles para los corredores de bienes raíces.
Los hombres casados con personas del mismo sexo suelen ganar bastante más que sus pares lesbianas o heterosexuales, según los datos publicados por el Departamento del Tesoro de EE.UU.
Los hombres LGBTIQ+ tuvieron un ingreso familiar promedio de 176.000 dólares en 2014, 52.000 dólares más que las parejas de lesbianas y 63.000 dólares más que las parejas del sexo opuesto.
Las parejas del mismo sexo en general, tienden a vivir en la costa y en las principales áreas metropolitanas, donde los ingresos medios suelen ser más altos que en otras partes del país.
Pink Marketing
El hecho de que la comunidad LGBTIQ+ sea apetecida como compradores con poder adquisitivo, ha hecho nacer una rama del mercadeo dirigida a ellos, conocida como “Pink Marketing”.
La BBC cita algunos estudios donde se afirma que “gastan bastante en productos y servicios, son extremadamente fieles a las empresas que los captan como clientes y, en algunos países, tienen un poder adquisitivo por encima de la media”.
Agrega la misma nota que “en Estados Unidos hay aproximadamente unos 15 millones de LGBTIQ+ adultos con un poder de compra de US$ 640 mil millones”.
También son ávidos consumidores de arte y cultura en proporciones mayores que sus pares heterosexuales. Las mujeres lesbianas puntean en el consumo de tecnología.
Las marcas pierden a pasos agigantados el miedo a que se les relacione con la comunidad sexodiversa. Muy al contrario, en la segmentación de su mercadeo destinan una tajada cada vez más notable a este conglomerado que no solamente consume más, sino también es más fiel.
Tareas pendientes
El agente de bienes raíces Jeffrey Hammerberg preside la asociación de corredores de bienes raíces Gayrealestate.com, pero aún considera que falta mucho por hacer.
En la página web de su asociación, señala que “Más de 1/3 de los estadounidenses todavía no cree que nuestra comunidad merezca protección y dignidad en la vivienda, el empleo, la adopción y otras áreas de la vida”.
Y continúa: “Hoy en día usted, como individuo LGBTIQ+, tiene un 50% de probabilidades de trabajar con un agente inmobiliario que apoye plenamente quién es usted y su derecho a la igualdad de protección ante la ley”. La LGBTIQ+ Real Estate Alliance, alerta que “Todos los agentes inmobiliarios están obligados por el Código de Ética de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios (National Association of Realtors, NAR), a prestar un servicio profesional igualitario, sin discriminación basada en la orientación sexual o la identidad de género”, según el presidente de esta entidad, Charlie Oppler